La respuesta de Fabiola Martínez ante el desplante que le hizo a la hija de Bertín Osborne

Fabiola Martínez fue una de las grandes ausentes del evento del año. La boda de Claudia, la hija de Bertín Osborne con su prometido, el empresario José Entrecanales, estuvo marcada por la felicidad, pero también por la intriga. Es que, tras 24 años juntos, ya estábamos muy acostumbrados a ver al presentador televisivo con su esposa asistir a este tipo de reuniones familiares.

Pero no. Fabiola Martínez ha sido una de las grandes ausencias de la boda de Claudia y José. Sin embargo, todo tiene una razón. Por más que todavía cueste digerir la noticia, Fabiola y Bertín de separaron a principio de año, asumiendo ambos mantener una bonita relación por el respeto del tiempo compartido y sus hijos en común.

La venezolana ya había anunciado que no viajaría a Jerez de la Frontera para no poner incómodos a nadie de la familia Osborne, en especial a quien fue su esposo. Sin embargo, era de esperar que algo de esa boda moje a Fabiola Martínez. La presidenta de la Fundación Bertín Osborne mantuvo un perfil de completo silencio en las redes sociales.

Últimamente se había mostrado muy activa, sobre todo, al enseñar todas las labores que realiza por su fundación. Sin embargo, el fin de semana se convirtió en una total tumba su red social. Instagram, su favorita por excelencia, no registró ni una sola historia o publicación. Su decisión fue de las más habladas, bordeando entre lo discreto y lo prudente.

La he felicitado, pero no he podido hablar con ella.

Confesaba la ex esposa del presentador y cantante a algunos medios españoles el día lunes. Es que su silencio perturbó y llamó la atención. Recientemente publicaba un video con sus hijos disfrutando un buen momento, señal de que ya tiene luz verde para reactivar su cuenta.

El proceso de separación continua en marcha. Hace poco alquiló un apartamento adecuado a las necesidades de su hijo Kike. Bertín Osborne, por su parte, no para de dedicar palabras agradables a quien fue su compañera por más de 24 años. Juntos pero separados, porque no se puede tapar con un dedo a todo el sol.