Los comienzos que casi llevan al fracaso a Mercedes Milá con un detalle que la catapultó al éxito

Mercedes Milá es una de las más grandes periodistas españolas, no solo por cómo se ha desenvuelto a lo largo de los años con su carrera sino también porque con 70 años de vida le ha dedicado 47 a su trabajo, es decir casi medio siglo; además pasó por varias disciplinas desde televisión y radio hasta libros, también estuvo adelante como atrás de cámara.

Durante todo este tiempo, Mercedes Milá ha recopilado cientos de anécdotas para contar, de hecho, varias de ellas están guardadas a fuego porque han sido televisadas, sobre todo, se destaca su espontaneidad y simpleza a la hora de pararse en frente de las cámaras y, posiblemente, gracias a eso ha dejado un grato recuerdo en cualquiera que la haya visto.

Posiblemente, el momento en el que Mercedes Milá comenzó a tomar otro perfil del que tenía dentro de los medios de comunicación fue cuando ingresó a Gran Hermano, en el año 2000, mientras nadie conocía de aquel programa tan extraño que revolucionaría al mundo, ella sería la encargada de presentarlo y salir adelante como la cara visible de aquel "programa sociológico" en el que muchas personas eran encerradas en una casa seguidas de cerca por cámaras de televisión que emitían todo lo que pasaba.

La periodista marcó una verdadera tendencia presentando "Gran Hermano", fue posiblemente un sello del programa en su versión española, más que nada por los impresionantes atuendos que lucía para cada gala, pero sobre todo por los comentarios mordaces que se ganaron la admiración de todo el público utilizando este escenario para comunicar mensajes comunes. Entre su vestuario más característico estaba el uso de frutas y verduras que llamaban la atención.

Pero lo cierto es que nadie puede comenzar una carrera tan amplia y grande si alguna vez no ha cometido un error, y los inicios de Mercedes Milá fueron bastante difíciles, tiene una anécdota que bien podría haberla dejado fuera de las cámaras en ese momento. Sucedió en los años 70 y la catalana confesó que fue su momento de "tierra trágame" dentro de todas las experiencias que tuvo en los platós:

Cuando yo empezaba, no había hecho casi plató, trabajaba en Deportes, y tenía unos folios escritos que tenían que comentar lo que se iba a ver en la tele. Los folios se traspapelaron, y donde eran motos el folio decía esquí, donde era esquí el folio decía motos... y así hasta el final. Me eché a llorar. Juanjo Castillo se lo sabía todo de memoria. El tío lo fue dando y yo, en el suelo, llorando.