Lucía, la hija de Cayetano Rivera, celebra su cumpleaños lejos del legado familiar

La hija de Blanca Romero y Cayetano Rivera cumple hoy sus flamantes 23 años. Lucía, mientras crecía, fue tomando sus propias decisiones respecto a su futuro. Finalmente, optó por el camino que transitó su madre, siendo las pasarelas el lugar donde encontraría su lugar en el mundo.

Es una de las modelos más cotizadas. Lucía Rivera pertenece a la agencia “Traffic Models” y su sofisticado estilo hace de su figura una de las más convocantes. Tiene un semblante único y una capacidad camaleónica de adaptarse a cualquier tela, tendencia, paisaje o estilo fotográfico.

Hace cuatro años que la hija de Cayetano Rivera optó por el camino del modelaje para darse a conocer al mundo. Si bien tenía disponible el mundo de la tauromaquia, este no fue su principal atracción.

Una de sus referentes a la hora de armar looks y estilos es la mismísima Lady Di. Recordemos que la Princesa Diana se destacaba no solo por su elegancia, sino por la trascendencia que marcó en la Corona, la fortaleza de su personalidad y la dulzura que irradiaba. Todos estos son condimentos presentes en Lucía Rivera.

Si bien tiene mucha más cercanía con su madre, Blanca Romero, Lucía jamás ha dejado de tener buena relación con su padre, Cayetano Rivera. El diestro y la influencer tienen un excelente vínculo, aunque de afuera nos parezca que se ven solo para las fechas importantes y nada más. No comparten mucho, al menos delante de las cámaras.

Lucía Rivera siempre se ha dirigido a su padre con muy buenas palabras, al igual que con Eva González. La presentadora de “La Voz”, si bien es una de las profesionales mejor pagadas en su área, también empezó en el mundo de las pasarelas. Tienen mucho en común y Lucía ha confesado varias veces que consultó a la ex Miss España para lucir algunos atuendos.

Cayetano Rivera debe sentirse orgulloso de su retoño. Lejos de haberse quedado con el título de “hija de”, Lucía Rivera celebra su cumpleaños con una clara perspectiva de trabajo, un buen futuro y la seguridad de que, pase lo que pase, no le faltará nada, pues tiene dos grandes pilares en su vida que apoyan cada uno de sus pasos: mamá y papá.