Sorprendente

La contundente petición de María Iborra tras las circunstancias en que falleció Verónica Forqué

La heredera de la actriz enaltece la forma en que decidió vivir su madre.
jueves, 23 de diciembre de 2021 · 15:31

Verónica Forqué fallecía el pasado 13 de diciembre de una forma trágica y donde fue ella misma la que tomó la determinación de ponerle final a su presente. Después de varios días y rendirle sentidos homenajes a su madre, María Iborra, hija de la actriz, ha hablado con firmeza sobre este complicado tema.

La joven era muy cercana a la artista y en todo momento ha aclarado que ella no deja de estar cerca, sino que ahora es “omnipresente”, además considera que siempre estará allí alrededor de los que siempre le han querido. Sin embargo, nadie imaginó que en tan poco tiempo haría referencia a la drástica decisión de su progenitora.

En la revista Shangay, María Iborra ha escrito una carta de amor a Verónica Forqué donde destaca que la misión de su madre “ha terminado”, tiene en cuenta el valor de cómo vivió y, asimismo, cómo decidió dejar de vivir.

Decidió irse a un plano más elevado, y no material, para seguir con su misión de llenarnos de luz… ¿Por qué alguien no puede acabar con su vida, si es suya? Quién mejor que uno mismo para decidir que no quiere seguir más… Tengamos respeto.

María Iborra, tan controversial como suele ser, afirma que este tema sigue siendo un gran tabú por “influencia de la iglesia”. Considera que, por más dolorosa que sea la pérdida, hace una contundente petición a todos tras las complicadas circunstancias en las que falleció su madre “Hay que respetar su decisión”.

Finalmente, la heredera de Verónica Forqué concluye sus palabras con un reconocimiento muy especial para la mujer que estuvo siempre para ella y la apoyó en cada uno de sus pasos: “Te siento, y nos vemos pronto, en la siguiente etapa, porque la vida dura un segundo”. Es indiscutible que el dolor es algo inevitable, pero con estas palabras, María reconoce que no siente ningún rencor por lo que hizo la famosa. Comprende y acepta todo de una forma que podría describir única, tal como lo era su madre.