El tiempo pasa
El gran dolor de Rocío Jurado que los Ortega Cano intentan subsanar
La familia trata de lidiar con uno de los problemas más grandes que enfrentan.
Después que Rocío Jurado perdió la vida nada ha sido igual. Rocío Carrasco se alejó por completo de su familia y sus hermanos adoptivos crecieron lidiando con las polémicas, el encarcelamiento de su padre y la ausencia de su madre.
José Fernando tenía seis años cuando llegó a España junto a su hermana biológica, Gloria Camila. Los pequeños se habían convertido en la adoración de “la más grande” y, también, de José Ortega Cano. Sin embargo, su felicidad se vio empañada siete años después.
El mayor de los hermanos se convirtió en un joven rebelde y la sustancias ilícitas no tardaron mucho en llegar a su vida. Desde el 2017 el hermano de Gloria Camila se encuentra ingresado en un centro de recuperación y según aseguró el diario “ABC” desveló que el hijo de Rocío Jurado no desea abandonar el hospital hasta recuperar por completo su estabilidad mental.
Debido a la pandemia, la estancia del joven en el centro San Juan de Dios de Madrid se ha extendido más de lo previsto. “La Razón” desveló que José Fernando no ha podido recibir visitas desde el mes de diciembre, debido al protocolo de seguridad que sigue la institución. Una empleada centro de rehabilitación deslizó que el hijo de Rocío Jurado estaba acostumbrado a recibir semanalmente la visita de su padre y de Gloria Camila. Pero por ahora, ha tenido que conformarse con mensajes y llamadas telefónicas.
La buena noticia es que José Fernando al parecer ha recibido ya la vacuna contra el coronavirus, por lo que cada vez está más cerca la posibilidad de reencontrarse con los suyos.
El hijo de Rocío Jurado se ha convertido en un gran dolor de cabeza para los Ortega Cano, pero afortunadamente el joven ha contado con el apoyo de su familia y de su novia Michu, quien prometió alejarse de las polémicas por un largo tiempo.
