INSÓLITO

Los errores y desencuentros que la Reina Isabel no pudo evitar en el sepelio de Felipe de Edimburgo

El Homenaje al Duque no salió tan perfecto como la Soberana esperaba.
lunes, 19 de abril de 2021 · 02:30

Para poder entender cómo funciona la operatividad de la Familia Real británica, solo se debe entender lo que sigue: como maquinaria familiar que maneja una institución tan legendaria y antigua, no funcionan igual que el resto del mundo. Si cada evento familiar es de suma importancia y deben ser programados a detalle, por ende los fallecimientos también, al punto de que los mismos familiares participan en la organización de sus propias exequias, como sucedió con Felipe de Edimburgo.

Para la sorpresa de muchos, 20 años le tomó al Príncipe organizar su propio funeral. Pensar que su última voluntad fue concedida a pocos minutos de que tuviera su último aliento, es pecar en la ingenuidad absoluta, pero nada pudo preparar a las audiencias para conocer este dato tan inusual como se ve. Desde sus actos conmemorativos hasta el vehículo que trasladó su ataúd, todo fue parte de la misión final de Felipe de Edimburgo: organizar su propia partida.

Uno de los ramos florales dedicados a Felipe de Edimburgo era de Meghan Markle.

Todos y cada uno de los aspectos de este sentido homenaje a la memoria de Felipe de Edimburgo, fue planificado al detalle para que no solamente se cumpliera su voluntad, sino que también a nivel de logística y protocolo fuera simplemente perfecto en su ejecución.

Si bien se puede manejar con pericia los detalles organizativos y estilísticos, muy a pesar de los deseos de Felipe de Edimburgo y las órdenes expresas de la Reina, hay algo que no se puede controlar: la naturaleza humana, porque importante fue todo lo que se vio, pero más interesante aún son los detalles que las cámaras captaron y "casi" pasan por debajo de la mesa. Asó lo evidenció "Vanitatis".

Lady Penny, a quien siempre se le señaló como la "querida" de Felipe de Edimburgo, estuvo presente.

Uno de estos, casi imperceptible fue la carta que Meghan Markle escribió para Felipe de Edimburgo con su propia letra. Esta nota vino acompañada por una ofrenda floral. Pero fue su esposo el Príncipe Harry uno de los protagonistas: su regreso al Reino Unido lo llevaba de los nervios y se reflejó en el incesante movimiento de las manos, gesto de nerviosismo que llamó la atención de los medios presentes. Se le veía demasiado incómodo al permanecer rodeado de su familia y cerca de su hermano Guillermo.

Algo que casi nunca veremos, es algún gesto emocional en la estoica figura del Príncipe Carlos, a quién se le atribuye como principal característica su carencia de expresividad, pero no todos los días se despide a un padre. Tanto en su caso como en el de la Princesa Ana y hasta la misma Reina Isabel, verlos llorar fue bastante sorprendente dado su hermetismo, aunque comprensible ante la partida del Duque.

La imagen de Harry apartado en el sepelio de Felipe de Edimburgo, confirma las distancias.

La presencia de Lady Penny Brabourne también fue una completa sorpresa. La entrañable y confidente de Felipe de Edimburgo  (a quién también se le señaló como "algo más" que una amiga), que también asistió al sepelio, aunque su presencia no tuvo demasiado seguimiento mediático, y la verdad es que ella lo agradece, dada su personalidad discreta y leal a la familia. Fue la única invitada sin líneas familiares con el clan Real.

Solos pero acompañados lucieron la Reina Isabel y Harry en la Capilla de San Jorge. Hubo imágenes y tomas cerradas en las que se creyó que la esposa de Felipe de Edimburgo fue aislada, pero todo indica que a su lado estuvo su hijo favorito, el controversial Príncipe Andrés. Pero Harry estuvo sentado al extremo del asiento de la Monarca sin ningún pariente cerca de él. Este detalle daría luces de su posición actual frente al resto de la Familia Real.