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De Letizia Ortiz a la Reina Letizia de España: lo que quedó de ella y lo que "Zarzuela" le arrebató

La Emérita Sofía lo advirtió a la Soberana, el precio a pagar era muy alto.
miércoles, 5 de mayo de 2021 · 11:27

Han pasado casi 18 años desde que en la historia de Letizia Ortiz, el amor prevaleciera ante las dudas, los convencionalismos y las voces en contra para desposarse con el Príncipe de sus sueños. También ha transcurrido más de una década desde que se convirtió en la Reina Letizia que hoy conocemos. ¿Qué tanto de aquella periodista genuina y llena de vida todavía vive dentro de la hierática Soberana que hoy conocemos?

Mucho de la joven periodista ya no quedaría en la Reina Letizia.

En su camino espinoso por "Casa Real", como Princesa de Asturias y luego como Monarca, hay un trecho largo de aprendizaje por las malas, con dificultades como hemos conocido a lo largo de estos años y esto ha provocado que deba sacar todo su temple para evitar ser arrollada por la gran maquinaria de "Zarzuela" y aún así, ha habido consecuencias. La mujer que fue, aquella ingenua, enamorada y llena de proyectos, simplemente quedó en sus recuerdos de juventud.

"Zarzuela" logro amoldar a la Reina Letizia, aunque ella lo niegue, aunque su entorno lo niegue: edificaron a una mujer con una nueva conducta, tal como lo afirmaría la Emérita Sofía ante una joven comprometida que luego, se convertiría en su peor némesis familiar: "No me gustas, pero haré de tí una Reina".

La calidez y espontaneidad de la Reina Letizia en sus años de periodista fue disuelta por sus compromisos con la Corona.

Para confirmar está teoría, "Vanitatis" consultó con Cristian Salomoni,  un experto en lenguaje no verbal, quien explicó cómo ha sido este proceso de adaptación de la Reina Letizia, de plebeya a Consorte, tomando en cuenta su gestualidad captada en fotos y videos desde sus inicios hasta el presente.

Ese "déjame terminar" tan desenfadado de la Reina Letizia que a muchos causó estupor, realmente fue un acto espontáneo.

"La Letizia de ese entonces gesticulaba abiertamente, su postura era natural, su sonrisa sincera y trasmitía alegría y cercanía. Incluso podíamos percibir sus emociones, sonrisas cómplices, gestos de amor, etc. Por eso no nos sorprendió cuando con ese 'déjame terminar' pedía a don Felipe que no la interrumpiera. Fue un gesto natural y espontáneo que puede surgir en cualquier pareja durante una conversación", determinó Salomoni.

Por supuesto, todo esto fue claramente sustituido por un rictus perenne, que la Reina Letizia no abandona y se auto impone, a modo de cumplir con el estricto protocolo real:  "Estas conductas dificultan mucho la conexión emocional, la empatía, la cercanía que podría trasmitir con su público. Nada tiene que ver la de ahora con la de entonces. Su lenguaje no verbal se ha hecho monótono. Muchos gestos que adopta son como válvulas de escape para esa construcción conductual que se impone. Todo esto le resta naturalidad".

La Reina Letizia ha debido moldear su conducta para ser parte de la Familia Real.

¿Y cómo es su relación con el Rey Felipe?  Cómo sería su dinámica familiar si la Reina Letizia absorbió de forma permanente a Letizia Ortiz Rocasolano? Según confirmó "Moncloa", algunos extrabajadores de Palacio se atrevieron a contar lo visto y vivido cuando trabajaban a su servicio y para sorpresa de muchos, dicen que en casa es mucho más flexible que en público y "aunque es muy estricta, tiene muy buen corazón".

Un beso controlado: el gesto de la Reina Letizia que demarca la ausencia de timidez.

Sin embargo, su determinación también se denota en los gestos con su esposo. Prueba de ello, según el experto consultado, es en los besos que la Reina Letizia da y recibe por parte de su esposo, el Rey Felipe. ¿Quién no se derritió de ternura ante el beso en la frente que él le diera a su esposa en el día más feliz de sus vidas? Hubo otra manifestación similar en el balcón del Palacio Real frente a la Plaza de Oriente, pero esta vez los recién casados solo se atrevieron con un beso en la mejilla. Pues ahora es ella quien toma la iniciativa.

En las pocas manifestaciones afectivas que se ha visto entre ellos, un gesto involuntario de la Reina Letizia ha sobresalido para las delicias del público y la prensa y es su costumbre de poner la mano en el rostro del Rey. Esto denota la voluntad de controlar la situación.  Es ella quien ahora lleva las riendas y en más de una ocasión con mil y un detalles lo ha dejado ver.