INSÓLITO

La condena de la Princesa Leonor: la futura y única Reina que gobernará sin un Rey

Las leyes condenan a la Princesa y nadie lo vio venir.
domingo, 9 de mayo de 2021 · 11:41

Su destino ya estaba marcado desde el momento de su concepción, nació para gobernar sin siquiera opción de elegir un camino distinto. Bien lo dijo la Reina Letizia cuando contestó con donaire la inocente pregunta de una jovencita a la Princesa Leonor que quería ser cuando fuera mayor: "No es lo que quiere sino lo que debe ser".

En tiempos actuales, mientras sea una jovencita de 16 años -y probablemente hasta una edad bastante adulta-, la Princesa Leonor al trono deberá seguir a rajatabla la hoja de ruta que el Rey Felipe, la Reina Letizia, el Gobierno, la oposición, el Ejército, la Iglesia y hasta Dios salido de su eterno misterio trazaron para ella, pero hay un momento que nadie parece prever: ¿qué pasará cuando en el futuro la Princesa Leonor se enamore y quiera casarse?

Para la Princesa Leonor, el destino más incierto lo tendrá en el amor.

Aquellos días de matrimonios concertados entre familias monárquicas, dónde las princesas eran llevadas a tierras desconocidas para desposarse con príncipes desconocidos se terminaron. Hoy por hoy, dada su condición como heredera al trono, a la Princesa Leonor le resultaría muy cuesta arriba conseguir a un príncipe azul, literalmente. ¿Qué heredero de alguna de las casas reinantes de Europa dejaría de acceder al trono de su país para convertirse en el Consorte de Leonor como sucediera con la Reina Isabel y Felipe de Edimburgo?

Si recordamos durante el año pasado, varios medios argentinos vincularon hipotéticamente a la Princesa Leonor con Cristian de Dinamarca, el joven heredero a la Corona danesa. Las últimas fotos oficiales del joven fueron sensación gracias a su buen parecedo y porte de modelo. Aunque hubo algo que dejar para la fantasía sobre una posible unión, se aclaró que el escenario era muy improbable porque significaría que alguno debiera renunciar a su puesto de sucesión a favor del otro.

Sería sumamente improbable que la Princesa Leonor y Cristian de Dinamarca o algún otro heredero pueda casarse con ella.

También es una nulidad pensar siquiera en la posibilidad de que la Princesa Leonor abandone sus obligaciones reales y su derecho sucesorio por amor. Pero entonces, ¿se quedará sola sin compañero de vida por honor y sentido del deber? ¿Será posible que después de 181 años desde la última Reina Española, la que tendremos se quede solterona?

Según "Cotilleos", la casi inexistente historicidad de las mujeres como regentes absolutas de España, es causa por la cual no hay demasiada "práctica" en casos tan particulares como el de la Princesa Leonor, pero para resolver las incógnitas, la retrógrada Ley Sálica acude al rescate: la futura Reina, gobernará sin un Rey. En lugar de ello, el hombre que la despose, será su Consorte y relevado -en caso de que así lo requiera- a Príncipe como el único nombramiento al que tendrá derecho sin trato de Su Majestad, sino de Su Alteza y eso es lo que hay.

Los reyes aún no parecen plantearse la posibilidad de que la Princesa Leonor crecerá y querrá elegir con quien estar.

Pero luego, este medio citado se atreve con otro escenario, que si bien es totalmente válido en estos tiempos convulsos y de cambios sociales, podría procurarle el peor disgusto a los Reyes: ¿y si la decisión de la Princesa Leonor fuera el escoger a una mujer como compañera de vida? Pues ni la Ley Sálica ni la Corona contemplan algo como esto y los Reyes jamás estarían preparados para afrontar algo así.

Siendo máximos representantes del poder representativo del país y defensores de la Iglesia católica, para Felipe y Letizia, antes que lo anterior mejor les convendría unas mil veces que la Princesa Leonor eligiera a un plebeyo, ¡total! Su madre lo fue y después de tantos años, hay que mirar lo bien que le va. ¿Cuando será el día en que la Monarquía avanzará a los tiempos presentes? Todo indica que la Princesa Leonor no la tendrá fácil. Gobernar será el menor de sus problemas cuando llegue el momento y su corazón sea el que se imponga a la hora de tomar decisiones.