Los impulsos que Rocío Jurado no pudo controlar y que llevaron al peor final

Rocío Jurado, conocida como “La más grande de España”, se caracterizaba por darlo todo y más en el escenario, pues su gran pasión por la música era de esas cosas que no podía ocultar en cada una de sus presentaciones.

Con una gran vitalidad, Rocío Jurado siempre demostró una impecable puesta en escena; sin embargo, cuando su enfermedad comenzó a manifestarse, los cuidados y el ritmo de trabajo evidentemente bajaron, dando curso a los tratamientos que la cantante se sometería.

Pero tiempo antes de ser diagnosticada con cáncer de páncreas, la intérprete española había manifestado cuáles habrían sido las recomendaciones de los médicos, en vista del agitado estilo de vida que llevaba la cantante y el gran gasto de energía que le significaba cada show o concierto.

En esa época, los especialistas le habrían recomendado a Rocío Jurado que moderara sus actuaciones en el escenario y que tratara de no hacer cosas que le empeoraran la salud.

Me ha pedido que modere mis impulsos en las actuaciones, que no me entregue tanto, y que no fume. Y sobre todo que me cuide mucho

Así la cantante describía una de las advertencias de sus médicos, que luego vendrían a marcar el curso en su vida, pues su cuerpo le pasaría factura.

La más grande había anunciado en 2004 que padecía cáncer, sin embargo, su actitud aguerrida indicaba que iba a ganarle a la enfermedad. La cantante se sometió a varios tratamientos, la mayoría fuera de España, lo que le costó un año de inactividad profesional.

Rocío reapareció en diciembre de 2005 con el especial de RTVE "Rocío siempre", con un inesperado alarde que demostró su estado de forma, en un espectáculo que incluía una parte de cante folclórico y otra con sus famosas baladas y demás éxitos melódicos. Algunos temas los cantó a dúo con lo más granado de la música hispana: Raphael, Mónica Naranjo, Paulina Rubio, y David Bisbal; espectáculo por el que es recordada en la televisión española por siempre.