Inimaginable

La única vez que Rocío Jurado casi lo deja todo por la cuestión menos pensada

"La Chipionera" siempre fue una mujer totalmente decidida.
domingo, 1 de agosto de 2021 · 02:30

Rocío Jurado se pasó casi medio siglo arriba de los escenarios, desde muy pequeña supo que lo suyo era convertirse en una gran estrella del canto. Sin dudarlo y después de lograr obtener el permiso de su padre, tomó las valijas y se marchó a Madrid junto a su progenitora, Rosario Jurado Bernal, para emprender un nuevo camino que la llevara hasta el podio de la fama en la industria musical.

Rocío Jurado y la mujer que siempre confió en su talento, su madre.

De la mano de Pastora Imperio comenzó a trabajar en los tablaos más reconocidos de la época, primero en El Duende y luego en Los Canasteros, eso sí, "La Insuperable" tuvo que mentir sobre su edad y disfrazarse para poder hacer lo que tanto amaba, pues tan solo tenía 14 años y la ley no permitía que ejerciera oficialmente como cantante en los espectáculos más concurridos de aquella época.

Claro está que el mayor amor de la artista, además de su familia, siempre fue la música, tanto es así que la única que vez que se mantuvo alejada de los escenarios fue cuando estaba realizando un tratamiento en Houston, Estados Unidos, para la enfermedad que padecía. Por eso, tal vez, es que nadie pensó en que Rocío Jurado quiso abandonar todo y dedicarse a cuidar de sus seres amados.

En una de sus tantas entrevistas otorgadas, Rocío Jurado asumió que en algún momento tuvo ganas de dejar la profesión que tan feliz la hacía: "He tenido más de cinco 'pájaras' del estilo de las de Perico Delgado, pero no he tenido la suficiente fuerza de voluntad para seguir adelante con la idea. Además, aún tengo muchas cosas por hacer y sería muy injusta conmigo misma si abandono después de haber luchado tanto y cuando estoy arriba".

Lo cierto es que "La niña de los premios" le debe gran parte de su trayectoria a los hombres que jamás se separaron de su lado y que cuidaron de su pequeña en aquel momento: su primer marido, Pedro Carrasco y su hermano, aunque no de sangre, Juan de la Rosa, juntos lograron que su retoña, Rocío Carrasco, tuviera una vida de lo más tranquila y llevadera mientras su madre se repartía constantemente entre grabaciones, viajes, presentaciones y entrevistas.

Soy tan responsable que me saturo del trabajo, incluso antes de haberlo realizado. Por esa razón, mi oficina me va anunciando las galas con diez días de antelación. De ahí para adelante no sé lo que tengo que hacer.