El éxito no sirvió

Esta es la triste y dolorosa partida de la cual Rocío Jurado jamás logró sobreponerse

La cantante cargó con más de un dolor en sus espaldas.
miércoles, 11 de agosto de 2021 · 03:30

Rocío Jurado es la artista más grande que dio España al resto del mundo, cruzando el continente y desde Estados Unidos hasta en Argentina supieron valorar su arte, de hecho, su talento artístico siempre fue un aspecto indiscutible de su persona. "La Chipionera" era incomparable y después de ella nadie logró brillar tanto arriba de un escenario.

La fusión entre una voz única e histrionismo y desenvolvimiento fueron lo que la llevó a ser "La Insuperable", pero hubo una determinada cuestión de su vida que siempre fue muy analizada. Hasta el día de hoy muchos se preguntan si Rocío Jurado era realmente tan feliz como aparentaba y lo cierto es que nadie se la podría imaginar como una mujer triste o compungida.

Sin embargo, la cantante tuvo que afrontar una de las pérdidas más grandes de su vida e igual debió dibujarse una sonrisa en la cara y salir a escena, pues siempre dijo que se debía a su público y jamás hubiera estado dispuesta a hacerle un desaire a sus oyentes que se congregaban desde distintos puntos del territorio para verla.

En el año 1977 Rocío Jurado dio a luz a su primogénita, su adorada "Rociíto", fruto del amor con el difunto boxeador Pedro Carrasco. No obstante, muchos desconocían que cuatro años después del nacimiento de la esposa de Fidel Albiacla artista quedó nuevamente embarazada. Ella, muy feliz, lo desveló para la revista Diez Minutos.

Estoy tremendamente ilusionada, además a la nena le vendría muy bien un hermanito para jugar y distraerse.

Para su mala suerte y tristeza, este embarazo no logró llegar a término. Rocío Jurado se desmayó semanas después de su anuncio público durante un homenaje a Estrellita Castro, generando la preocupación en todos los niveles del espectáculo español, pues trascendió que había alcanzado niveles altísimos de fiebre. A pesar de haber estado muy grave pudo recuperarse físicamente, pero su corazón quedó roto para siempre.