La estrategia a la que estaría dispuesta Olga Moreno para salvar su preciado negocio

Olga Moreno se consagró como la flamante ganadora de “Supervivientes", el programa que ha puesto a pruebas física y psicológicamente a todos los participantes en una isla alejada en Honduras. Pero lo que Olga no sabía era que también estaba a prueba su propia imagen pública.

Olga Moreno no solo venció a todo el grupo de competidores, sino también, como la propia Rocío Flores lo dijo, obtuvo una “victoria personal”. Lo que nunca supo Olga es que también estaba compitiendo por el respeto y la aceptación del público.

Por un lado, están quienes defienden a Rocío Carrasco, la víctima durante más de cuatro meses tras la emisión de su serie documental contando atroces episodios de violencia de género. En la vereda de enfrente está Olga Moreno, la antítesis de la hija de Jurado.

Una vez apagadas las cámaras, Olga retomó sus viejas actividades. Primero se sumergió en unas merecidas vacaciones y luego pasó al frente de su tienda, llamada “Ole y Amén”. Ese comercio estaba siendo custodiado por Rocío Flores y su queridísimo esposo, el sevillano Antonio David Flores.

Pero ocurre que lo que pasó durante tantos meses no puede borrarse así como así de un plumazo. No señor, de hecho, los internautas utilizaron la sección “comentarios” de google para ir directamente a tirar pestes sobre su tienda.

Comentarios como “mejor me quedo en mi casa y compro la misma prenda 3 veces más barata por aliexpress” o “Es un lugar sucio, ropa de mala calidad y muy cara, no entiendo por qué tengo que dar una estrella cuando ni siquiera cumple las normas anticovid. Muy decepcionada. Ni volveré ni la recomendaré” y “mira que si voy a la tienda e intenta robarme a mis hijos”.

Al momento de la redacción de este escrito, muchos de los malos comentarios fueron borrados y sustituidos por buenas apreciaciones. Una artimaña que no dejaría muy bien parada Olga Moreno.