Todo sería diferente

Rocío Jurado y el recuerdo de un amor que nunca pudo superar durante toda su vida

La cantante nunca se pudo recuperar de esa pérdida.
miércoles, 15 de septiembre de 2021 · 04:30

Rocío Jurado desde pequeña ha sabido como conquistar los corazones de todos, desde que fue llamada “La niña de los premios” hasta convertirse en “La insuperable” con justa razón. En la actualidad, hace ya un tiempo su memoria ha sido vinculada a las polémicas debido al estreno del documental de su retoña, Rocío Carrasco.

Muchas creencias han quedado flotando en el aire por la incertidumbre de saber lo que realmente ha sucedido durante toda su vida, pues en cada uno de los capítulos de “En el nombre de Rocío”, la docuserie que tendrá su estreno en el otoño se irán descubriendo una a una las circunstancias que su heredera asegura que Rocío Jurado ha tenido que afrontar.

Amores, traiciones, enfermedades, todas estas cosas parecen haber marcado la vida de aquella legendaria mujer que gracias a su talento innato supo ganarse el cariño del mundo entero. Durante toda su vida se ha comentado que ha tenido dos grandes amores, Pedro Carrasco y Ortega Cano, quien estuvo a su lado hasta el último día.

Sin embargo, Rocío Jurado tuvo un amor más grande, que le enseñó todo lo que ha sabido hasta lo último: Fernando Mohedano Crespo, su padre, quien hizo todo lo posible y necesario por hacer feliz a aquella niña que desde muy pequeña anhelaba y soñaba con ser una gran estrella del flamenco español.

Así fue como su progenitor, aquel hombre que falleció siendo joven cuando aún Rocío Jurado no había llegado a triunfar a lo grande, ha logrado gracias a su tenacidad que la madre de Rocío Carrasco luchara siempre por conseguir sus metas, así lo hizo desde los 11 años para cumplir sus deseos mejor guardados.

Todo este aprendizaje se debe a una situación que vivió Rocío Jurado cuando su padre se negaba a darle los gustos, enseñándole de esta manera que para obtener resultados hay que luchar por ellos. Sucede que Fernando Mohedano no quería que su hija viajara a la ciudad para ser una artista, pero Rocío Jurado, de carácter fuerte al igual que el zapatero, decidió hacer una huelga de hambre con tal de conseguir el permiso para poder realizar el viaje que le permitiría llegar a la cima. El abuelo de Rocío Carrasco, al décimo día vio la persistencia de su heredera y accedió a darle tal permiso para ir en busca de sus sueños.

No hay dudas de que para Rocío Jurado su ascendente, quien falleció a los 36 años, le ha dejado en tan poco tiempo grandes enseñanzas, como luchar por lo que uno quiere: "Era un hombre maravilloso, lo poco que tenía lo daba a quien necesitaba", expresaba en una ocasión cuando le consultaban sobre su querido padre.