Los motivos que lograron consagrar a Camilo Sesto para siempre en la música

El 8 de septiembre de 2019 fue uno de los días más oscuros de la historia de la música, ya que quedará en el recuerdo por ser el día en que el mítico Camilo Sesto dio su último soplo de vida y partió de este mundo, listo para consagrar su nombre en una de las leyendas más icónicas de la música en habla hispana. Una falla renal finiquitó la existencia de este ser humano que dejó un importante legado en España y Latinoamérica.

El cantante que marcó a generaciones enteras con sus canciones sabía desde pequeño que lo suyo era alegrar a la gente. "Lo primero que hay que hacer en la vida, hagas lo que hagas, es amar lo que haces. Seas lo que seas, ama lo que haces", reflexionaba Camilo, quien evidentemente tenía mucho amor por lo suyo. 

Llevo cantando desde que vine al mundo. Desde pequeñito, cuando hacíamos excursiones al campo, me decían: ‘Que cante Camilo, que cante Camilín’. 

Camilo Blanes, nacido en el pueblo alicantino de Alcoy el 16 de septiembre de 1946, debutó en 1970 en el mundo de la música bajo el nombre de Camilo Sesto. "Llegará el verano" fue su primer sencillo, pero poco tiempo después la vida le daría otro giro. De España al mundo en una canción: "Algo de mi". “El éxito fue inesperado totalmente. En Ariola pensaban lanzarme como lo que era, un cantante de rock, pero entre esas canciones de rock estaba 'Algo de mí'. La lanzaron como de paso, y de paso se quedó. Empezó poco a poco, llegó al nueve en las listas de ventas, y luego al tres y luego al uno... y se quedó allí año y medio. Y no solamente aquí. En toda Latinoamérica funcionó a la primera”, comentó en una entrevista a Esquire.

América entera lo amaba y dicho cariño era recíproco. "Allí eres estrella para siempre. No importa que el artista se haga mayor. Si está mal físicamente lo siguen cuidando. Aquí, si cumples un día más del que te toca, van a por ti. Si te caes... aquí te rematan. En América no triunfa cualquiera", manifestó el exesposo de Lourdes Ornelas. Camilo Sesto tenía un halo que lograba que hasta los fanáticos de la música más pesada lo adoraran. “Muchos heavies han venido directamente para decirme: ‘Eres nuestro ídolo’", contó.

He sido un privilegiado. Han pasado los años y mis fans siempre han estado ahí. Yo soy uno más, solo que canto... y ya está.

Lo que despertaba admiración de este artista es que nunca se creyó un divo ni tuvo caprichos de tal. Terrenal y humano, desencajaba en cantantes de su talla, pero siempre fue muy claro. “La fama no sirve para nada si no sabes manejarla. Tú siempre serás el mismo cantes o no cantes. La fama es efímera”, manifestó. 

Estoy orgulloso de todo lo que he conseguido. No me arrepiento de nada. Todo lo he hecho a conciencia, con una entrega absoluta, tanto si era en disco como en concierto. Me daba igual si era Alpedrete o Nueva York.

Sus últimos años lo tuvieron en la palestra mediática mostrando una faceta que no era la suya. La tertulia arruinó su imagen y más de un periodista le echó piedras; pero como grande que fue, el colectivo popular aún canta a los gritos sus canciones y vive entre las generaciones que llegaron a tener lo bueno de él. Quería partir de este mundo entre el reconocimiento, a lo grande. Definitivamente lo logró y aún hoy se lo recuerda como lo que fue.