LO SABÍA DESDE ANTES

Estos fueron los hombres que le robaron el corazón a Rosario, la hija de Lola Flores

“En el amor hay que estar siempre presente”, dijo en su momento La Faraona.
miércoles, 29 de septiembre de 2021 · 05:00

“En el amor hay que estar siempre presente, mañana, tarde, noche y madrugada” cantaba en su momento Lola Flores en uno de sus tantos conciertos. Pero la folclórica no solo se refería a un amor de pareja, sino también al amor “de la familia”, como ella solía llamarlo. Sus hijos Antonio, Lolita y Rosario Flores fueron los destinatarios de ese sentimiento.

Todos hijos de ella y el Pescaílla, aunque pocos se acuerden de los genes paternales de “Los Flores”. La importante dinastía de Lola Flores supo montarse en la fama de la matriarca, pero todo tiene su precio. Cada uno de ellos ha luchado por brillar con luz propia y bien podríamos decir que lo han logrado.

Antonio era un excelente cantante, pero falleció días después que su madre. Por ende, de él podemos decir solamente lo que ha dejado, lo que acompañó y lo que significó él para la vida de Lola Flores. Su hija, Alba Flores, es quizás la mejor joyita que nos recuerda a él.

En cuanto a Lolita y Rosario Flores, el destino se ramificó hacia un lugar similar. Rosario, por ejemplo, está realizando su gira donde presentará su nuevo disco. Lolita está encantadísima con su obra de teatro, producida y actuada por ella. Pero aquí vamos a hablar de la menor de las hermanas y sus amores.

Es como una pantera hambrienta, pero es un amor como persona, tiene una sencillez y una fuerza tan grandes que cuando era pequeña le dije: tienes un arco de luz impresionante.

Así la solía describir “La Faraona”. Es que para ella Rosario tenía ese “no sé qué”. Pero ese brillo no sería para cualquier buenmozo que viniera a irrumpir en su rutina. El primero en recibir esas joyas fue el ya fallecido Quique San Francisco, amigo de su hermano Antonio y compinche de los malos hábitos también.

Si bien la relación de Rosario con Quique no duró lo suficiente, sí formaron una bonita amistad inspirada en el recuerdo de los buenos tiempos. Carlos Orellana fue otro de sus grandes amores, con quien solo estuvo lo que tarda el sol en dar vuelta la tierra.

Finalmente, Pedro Manuel Lazaga es el actual afortunado que acompaña los pasos de la hija de Lola. Llevan más de veinte años juntos y tienen un hijo en común de catorce años. El director de cine se complementa muy bien con la bailarina, haciendo así un ensamble perfecto y sostenible en el tiempo.

Tiene mucho arte. Igual que yo bailo él dirige, lo llevo en la sangre, y todos los vídeos me los hace él.