Desapegada

La herencia que Verónica Forqué no dejó en manos de su hija, María Iborra

La actriz tomó una misteriosa decisión con respecto a sus logros.
martes, 18 de enero de 2022 · 05:00

La inolvidable Verónica Forqué no sólo dejó una gran huella en el mundo por su increíble talento en el séptimo arte, sino también por sus actitudes frente a la vida. Unas enseñanzas que recordará siempre su hija, María Iborra.

Inigualable, ingeniosa y pícara, Verónica Forqué construyó una carrera artística digna de admirar: no por nada ha ganado cuatro premios Goya, marcando un récord que comparte con otra chica Almodóvar, Carmen Maura.

Verónica Forqué.

Pero la gran actriz no era conocida por su ambición frente a la fama o la perdición por las alfombras rojas. Con el desapego como bandera, Verónica llevó una vida donde lo superficial o lo material no tenían lugar.

De esta forma, lejos de coleccionar o presumir sus premios Goya, Forqué los regalaba. O los perdía. Las estatuillas no significaban nada para ella, así que su destino no le preocupaba. 

Verónica Forqué.

Uno de los galardones se lo regaló a la mujer que cuidó de su hija, María Iborra, cuando era pequeña; otro se lo dio a un amigo peluquero, Antonio Panizza; y otro directamente lo perdió en una de sus mudanzas. 

Quien se lo encuentre que se lo quede.

Decía despreocupada la artista. El estilista y amigo de Verónica tiene la estatuilla perteneciente a, nada más y nada menos, que el recordado filme “El año de las luces”, de Fernando Trueba, la película cambió su vida.

María Iborra y Verónica Forqué.

Antonio Panizza justifica este desapego de la intérprete diciendo que “Así era Vero”, y admira que su amiga le haya demostrado esta virtud de no aferrarse a objetos materiales, pues en el fondo no valen nada. María no tendrá los Goya de herencia, pero conservará siempre la enseñanza más valiosa de su madre.