Desde su asunción al trono británico, el Rey Carlos asumió una serie de compromisos para los que se preparó durante toda una vida y que comenzó con una catarata de varios miles de millones de euros en las arcas reales. 

Según las estimaciones de la revista Forbes, el nuevo Monarca accedió a una herencia de 128.000 millones de euros, entre cuentas bancarias, inversiones, inmuebles y obras de arte, entre otros bienes que lo convierten en multimillonario.

Gracias a un acuerdo alcanzado en 1993, entre la Casa Real y el Gobierno del por entonces primer ministro John Major, la cesión de las herencias entre soberanos están exentas del pago de la tasa de impuesto para así "evitar la merma de la riqueza de la familia". Esto le permitirá al Rey Carlos evitar la erogación del 40% de toda la fortuna que le traspasó su fallecida madre. 

¿Cómo se compone la fortuna del Rey Carlos?

Desde el siglo XIV, los herederos de la Corona británica explotan un conglomerado de tierras, de alrededor de 520 kilómetros cuadrados, en zonas rurales que se conocen como el ducado de Cornualles. Esos terruños, el año pasado, le dejaron al ahora Rey Carlos y a su esposa, Camilla Parker, alrededor de 28 millones de euros. A partir de ahora, esa empresa agrícola y ganadera pasará a manos del Príncipe Guillermo y de Kate Middleton, quienes tendrán la responsabilidad de seguir haciendo rentables esa fuente de riquezas.

Durante 2021, la Reina Isabel le asignó a su hijo 1,8 millones de euros del Sovereign Grant, un fondo que el Estado le asigna todos los años al Soberano, además de unos 625.000 euros de otros negocios, como por ejemplo la explotación de la marca de alimentos orgánicos Duchy Originals.

Entre la montaña de dinero que componen la herencia dejada por la Monarca al nuevo Rey Carlos se pueden mencionar inversiones personales, colecciones de arte y sellos, joyas y propiedades inmobiliarias. Por ejemplo, la residencia Sandringham, en Norfolk, Inglaterra, está valuada en 75 millones de euros, mientras que el castillo de Balmoral, en Escocia, rondaría los 160 millones de euros.

Como si fuera poco, con su asunción al trono, el Rey Carlos se hizo con 70 millones de euros que eran de su abuela, la Reina Consorte Isabel, además de la explotación del ducado de Lancaster, que estaría valuado en 750 millones de euros.

Para agregar otros ítems a la enorme herencia recibida, vale la pena mencionar que sólo por el alquiler de las propiedades de la Corona llegó a los 363 millones de euros, que son administrados por el Estado, pero que le valieron a la Reina Isabel entre 55 y 90 millones de euros.