PATRICIA DONOSO

Las verdades y mentiras de Patricia Donoso sobre su relación con José Ortega Cano

Las respuestas del polígrafo.
domingo, 23 de octubre de 2022 · 12:57

Desde su irrupción en la pantalla de la televisión, Patricia Donoso no ha hecho más que ganar popularidad, en base a declaraciones explosivas, para colmo justo en el peor momento de José Ortega Cano. Sus afirmaciones fueron puestas en duda, no sólo por el diestro, sino también porque muchas de sus versiones parecen inverosímiles.

Una vida repleta de lujos sumado a un pasado casi intrascendente puso a Patricia Donoso en boca de todos. De perfecta desconocida, a millonaria que le gusta pasearse por los plató.

Entre tanta incertidumbre, y fiel a su espíritu mediático, Patricia Donoso se prestó a una prueba de polígrafo en Deluxe (Telecinco), aprovechando cada minuto que le concede el canal que todavía conduce Paolo Vasile. 

Patricia Donoso saltó a la fama por sus declaraciones sobre José Ortega Cano. Fuente: (Instagram).

De todas las cosas que dijo sobre José Ortega Cano, resultó verdad que se había besado con el diestro y que habían tenido un encuentro sexual cuando Ana María Aldón estaba embarazada de José María Ortega Aldón. 

También fue afirmativa la reacción del aparato cuando la multimillonaria contó que había recibido una llamada de Rocío Carrasco, de la que dijo que "quería saber qué estaba pasando. Fue muy educada, una niña correctísima".

Sin embargo, una de las mentiras que ya no pudo sostener es la que aseguraba que José Ortega Cano le había metido la mano adentro del pantalón para tocar sus partes íntimas. 

Patricia Donoso se sometió al polígrafo en Deluxe. Fuente: (Telecinco).

Después llegaron negativas a su affaire con Pipi Estrada y hasta terminó siendo acusada de que había aprovechado la fragilidad de Colate Vallejo Villagra, al que le sacó 3.000 euros.

Muchos de los misterios sobre la vida de supuesta abogada han salido a la luz, aunque todavía queda por conocer a Patricia Donoso, que parece haber llegado a la TV para quedarse un buen rato. O al menos hasta que las audiencias le terminen bajando el pulgar.