Karma
Paloma Cuevas le restriega la felicidad a Enrique Ponce que vive su peor momento
La empresaria se siente plena mientras el torero atraviesa serios problemas.
De las pocas cosas que tenemos claras en la vida, una de ellas es que nada es para siempre. Ni lo bueno, ni lo malo. Lo único que permanece en nosotros son los cambios y Paloma Cuevas se entregó a ellos desde el día en que se separó de Enrique Ponce.
Luego de dos años de desamor y escándalo, la diseñadora comienza a ver los frutos de haber apostado a la transformación. Enrique Ponce no se comportó bien con ella, y se deshizo rápidamente de una historia de amor que tardaron casi 25 años en construir.
El famoso torero no le dedicó tiempo al duelo e inmediatamente blanqueó un romance con la joven Ana Soria, de 20 años de edad, con quien entró en una especie de enamoramiento adolescente que, a pesar de tener todos los pronósticos en contra, aún permanece en pie.
La diseñadora siguió su camino sola y pasó por fuertes momentos mediáticos donde no tuvo otra opción que aferrarse a su discreción y a la gente que más quiere. Pero los malos momentos también terminan, y ahora Paloma Cuevas se anima, tímidamente, a sonreír de nuevo, justo cuando su ex comienza a tener serios problemas.
El torero no encuentra un buen sustento económico y su vida de lujos con Ana Soria comienza a peligrar. Es que su empresa, Cetrina SL, no da pie con bola y cerró su año en negativo. En ese negocio, Cuevas ocupaba un estratégico espacio y era quien tomaba las decisiones más importantes mientras Ponce era sólo la cara visible.
Meses después de las polémicas y los destratos, el torero comienza a ver cómo su separación afecta su vida, mientras que la diseñadora ya hizo su duelo y se muestra más feliz que nunca en sus redes sociales, sonriente, y por sobre todas las cosas, tranquila y feliz.
