La Reina Isabel dispuesta a ocultar a toda costa su empeoramiento de salud

Desde hace meses, la condición de salud de la Reina Isabel sigue siendo un tema de preocupación en el Reino Unido. Según medios de ese país, la realidad es que la Monarca no quiere que trascienda. Con casi 96 años, la madre del Príncipe Carlos ha visto muy tocado su bienestar y sus problemas de movilidad son cada vez mayores, pero ella no quiere dar esa impresión. 

Debido a todo, tal como detallan algunos medios como The Sun o Daily Mail, se estaría gestionado una estrategia al estilo "operativo militar" para que, en la próxima aparición de Isabel II, los paparazzis o medios de comunicación no puedan dar con las fotografías que revelen su condición real. 

La cita será el 29 de marzo cuando la Reina Isabel asista a la misa funeral de su fallecido esposo, el Duque de Edimburgo, y donde asistirán representantes de los diferentes puntos de Europa, entre los que se incluye al Rey Felipe y la Reina Letizia, quienes ya confirmaron su presencia. La estrategia que, al parecer, seguirá el Palacio de Buckingam es trasladar a la jefa de estado en helicóptero desde Windsor y después en coche hasta la abadía de Westminster. 

Además, planean bloquear la vista de todo el recinto con pantallas gigantes de casi dos metros, para, de esa manera, evitar a toda costa que la Reina de Inglaterra sea fotografiada usando su silla de ruedas. Inclusive se considera la posibilidad de que se instale un túnel para cuando la abuela del Principe Harry salga de su vehículo. 

Sin duda alguna, cuando el misterio ronda alrededor de ciertas circunstancias es porque hay un hecho indiscutible por ocultar. En los últimos meses, la Reina Isabel no viene cumpliendo con su agenda presencial, sino de forma telemática. Además, en la celebración del día de la Commonwealth, no asistió, lo que despertó más preocupación por ser una de sus citas más importantes. 

Por lo pronto, solo queda esperar que llegue la misa funeral del Duque de Edimburgo, donde podría también Isabel II ser la primera en ingresar a la iglesia y romper la tradición de ser la última, pero de esa forma evitaría que se le vea de esta manera, tan deteriorida como se presume que está.