El Rey Juan Carlos, el último frente abierto tiene nombre de mujer y no es Sofía ni Letizia

Mientras duró su reinado, el Rey Juan Carlos hizo lo que quiso. Ni le importó la lealtad e imagen de la Reina Sofía, tampoco la confianza del pueblo. Hoy la historia se escribe con otra tinta, el Rey Felipe y la Reina Letizia todavía limpian los trastos sucios que dejó el antecesor más polémico de la realeza española.

Pero hay una mujer dispuesta a desafiar todo título de “inviolabilidad” o “inmunidad”. Claro, hablamos de Corinna Larsen, la empresaria alemana amante del Rey Juan Carlos, con quien incluso estaba a punto de casarse. Su caso trascendió a la prensa internacional, dejando en completo ridículo a la Reina Sofía.

Corinna Larsen ya recibió antes la negativa de la justicia. Los tribunales decidieron archivar su causa, otorgando al Rey Juan Carlos la total impunidad. Esto es en lo que respecta a España, porque Corinna todavía persigue a la justicia, esta vez en Londres.

La querella interpuesta en un juzgado de Londres por Corinna Larsen contra el padre del Rey Felipe lleva el título de "acoso" y "difamación". Quizás, por este motivo, la Reina Letizia está tan empecinada en que el Emérito se quede en lo de sus amigos en Abu Dabi y ni asome las narices por el Palacio de Zarzuela.

Esta sería la última carta que queda por jugar a la empresaria alemana. Suiza y España han dado carpetazo a sus eternos reclamos de justicia. Londres es su última oportunidad, aunque los abogados del esposo de la Reina Sofía ya hayan insistido en usar su condición de “inmunidad”.

Pero esa inmunidad no tendría sentido, pues Corinna Larsen advierte que este presunto delito se cometió cuando el Rey abdicó, dando paso a su hijo y a la Reina Letizia al mando. Por ende, ninguna condición de inmunidad queda aplicada a estas alturas. Esta sería la carta más importante a jugar por parte de la empresaria. Pese a ser la tercera (o cuarta, o quinta) en discordia con la Reina Sofía, no hay que negar que sería la única persona capaz de hacer justicia a tanto daño causado por el Rey Juan Carlos. Seguramente, la Reina Letizia espera que así sea.