Preocupación por la salud de la Infanta Cristina, mientras la relación con su hija Irene se complica

Semanas intensas y dolorosas son las que vive la Infanta Cristina desde que vio, junto al resto de España, a su marido Iñaki Urdangarin decorar la portada de una revista de la mano con otra mujer. Desde ese momento, un selecto círculo de confianza la ayuda a superar la tristeza, entre ellos su hija, Irene Urdangarin.

La revista "Lecturas" sigue difundiendo información de primera mano sobre el caso de infidelidad de Iñaki y, según devela la cronista Pilar Eyre, la Infanta Cristina aún no ha podido soltar ni una sola lágrima por la traición. Quizás porque siente un dolor tan profundo que arde por dentro pero le impide llorar, o quizás simplemente está acostumbrada a los engaños de su ex.

Desde que hizo pública la interrupción de su matrimonio, la hija menor del Rey Juan Carlos tampoco ha logrado distraerse. Según escribe Eyre, la Infanta tiene cierto miedo a salir a la calle y no ha ido a cenas, fiestas o cualquier otra actividad que la saque por un tiempo de sus pensamientos.

En medio de los rumores y el tsunami mediático que causó la infidelidad de Iñaki, Cristina ha decidido refugiarse en sus hijos, dándoles el cariño y la validación que ella no tuvo por crecer a la sombra de su hermano, el Rey Felipe. 

Con respecto a sus hijos, Cristina ha hablado sobre los rumores que señalan que para superar el duelo de su matrimonio se apoya en Irene Urdangarin. La infanta no sólo desmintió esta información, sino que declaró que: “Irene es una niña y sobre todo es mi hija ¡es ella quien se apoya en mí!”.

Aún no se sabe cuándo ni cómo acabará esta nueva crisis en la familia real española, pero lo único que queda claro es que la Infanta Cristina no olvidará la forma en la que Iñaki rompió la familia y se mantendrá firme en la separación.