INFANTA ELENA

Los documentos que la Infanta Elena ocultó sobre su divorcio con Jaime de Marichalar

El frágil pacto podría romperse en cualquier momento.
martes, 12 de abril de 2022 · 02:30

En 2007, luego de trece años de matrimonio, la Infanta Elena y Jaime de Marichalar decidieron poner punto final a su matrimonio. Era la primera vez que un miembro de la familia real tan directo era relacionado con la palabra “divorcio”. ¿Los motivos? Todavía permanecen bajo 7 llaves.

La Casa Real emitía un comunicado que confirmaba el «cese temporal de la convivencia matrimonial», una elegante forma de decir que entre la Infanta Elena y Jaime de Marichalar ya no quedaba nada de amor. Sin embargo, implicó un gran reto, ya que el entonces matrimonio tenía amplia aceptación del público.

Jaime de Marichalar y la Infanta Elena estuvieron casados desde 1995 hasta el 2007.

No fue fácil lidiar con esta disolución. Lo vemos ahora con el caso de la Infanta Cristina que no puede librarse de las críticas con su reciente separación. En aquellas épocas y al tratarse de una primera vez, el asunto era delicado. Necesitaban un cobre blindado, con extrema seguridad, para que los motivos jamás salieran a la luz.

La Infanta Elena iba por un objetivo en concreto: conseguir la nulidad eclesiástica. Para ello era necesario incorporar una palabra para que el vaticano considere su pedido. No se sabe si esta información es cierta o no, ya que los medios y abogados de la realeza insistieron hasta el cansancio para desviar especulaciones.

“Snow tha product”, “blanca” o “la de Colombia” son algunos de los pseudónimos que se utilizan para nombrar a esa sustancia pálida e ilegal. Supuestamente la Infanta Elena justificó su divorcio por el consumo que hacía Jaime de Marichalar de dicho insumo. Los documentos del divorcio se encuentran en una caja fuerte de grado de seguridad IV en el Juzgado de Familia número 22 de Madrid.

Jesús Sánchez Lombás y Concha Sierra, los abogados de la infanta Elena y Jaime de Marichalar comentaron en su momento: «Son absolutamente falsas y carentes de base alguna las pretendidas iniciativas, supuestamente en curso, sobre el divorcio o demanda de nulidad matrimonial ante tribunal eclesiástico alguno, a petición de cualquiera de las partes «. De esta forma dieron a entender que la hija del Rey y su exesposo no correspondían a los rumores. Pero no sería la primera vez que la Casa Real intenta ocultar un movimiento de este estilo.

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