IÑAKI URDANGARIN
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia afianzan su relación con un apoyo inesperado
El todavía esposo de la Infanta Cristina y la asistente contable ya no se esconden.La relación amorosa entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia es completamente un hecho, el todavía esposo de la Infanta Cristina y la asistente contable ya no se esconden para mantener una vida de pareja. Ambos han recibido el apoyo de la familia de Iñaki y de su círculo de amigos, y en su día a día han demostrado que están más unidos que nunca.

Mientras las apariciones de la Infanta Cristina se limitan a desplazarse para ver a sus hijos, Iñaki Urdangarin sigue protagonizando encuentros junto a Ainhoa Armentia que cada vez parecen más estar significando un salto a la libertad. “En el ámbito que les importa, el de sus familias, todo se ha aclarado. Los matrimonios están rotos y terminarán en divorcio, y en su ámbito común, a golpe de encuentros secretos, el camino se ha ido despejando muchísimo, aunque, según ha podido confirmar ¡HOLA!, no habrían dado todavía el paso de irse a vivir juntos”, reseña la revista monárquica sobre la pareja.

De acuerdo a “Hola”, Iñaki Urdangarin cuenta con una red de amigos que han facilitado estos encuentros, mismos que han llevado a que logren afianzar su relación, a pesar de la fuerte presión mediática a la que se han visto expuestos.
Aunque no habrían dado todavía el paso de irse a vivir juntos, el amor triunfa, a la espera de sus divorcios

Recientemente, Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia han sido fotografiados durante una de sus escapadas al parque natural de Garaio, a 25 kilómetros de Vitoria. En las fotografías que logró “Hola” se observa cómo la pareja vive su historia de amor con la mayor naturalidad y ambos pasean casi siempre abrazados.

AnUrdangarin y Ainhoa les encanta la zona del embalse Ullibarri-Gamboa y perderse por el parque de 116 hectáreas, allí han sido observados paseando entre arces y fresnos, charlando y viviendo su historia de amor con la mayor naturalidad. Se dice que la pareja también aprovecha escapadas a Francia cuando hay más tiempo de por medio y, coincidiendo casi siempre con los fines de semana, cruzan la frontera para esconderse en un refugio secreto en Bidart.