El acuerdo de paz que firmaron la Reina Letizia y la Reina Sofía por el bien de la monarquía

Suegra y nuera nunca se han llevado bien, no es ninguna novedad. La Reina Letizia y la Reina Sofía intentaron convivir por el bien común o, mejor dicho, solo por el Rey Felipe. El monarca es quien marca la línea por donde va la nueva era royal en el Palacio de Zarzuela, aunque muchos podrían meter las manos en el fuego al afirmar que, en realidad, es su esposa quien tiene realmente el mando.

El reinado del Rey Felipe con la Reina Letizia podríamos relacionarla con Macbeth y su Lady. El guerrero favorito era el Conde y estaba conforme con eso, no así Lady Macbeth quien finalmente convence a su esposo de cometer el crimen más atroz con tal de convertirlo en Rey. Por supuesto que estamos exagerando. La tragedia isabelina de William Shakespeare habla de límites, extremos y un impulso voraz por tener poder. Si sintetizamos el relato, quizás podamos tender algunos puentes y advertir que aquí pasa algo similar.

Letizia manda. Están prohibidos los carbohidratos y los dulces, nada con excesiva azúcar y la acelga tiene mucha más aceptación para ella que la propia Reina Sofía. Ocurre que la Emérita siempre ha tenido una posición neutral, algo que nunca podríamos tildar de “positivo” teniendo en cuenta que hablamos de una monarquía con una grieta tan marcada: o estas del lado de Juan Carlos o estas con Felipe.

Los escándalos de corrupción del Rey Juan Carlos salpicaron a la Reina Sofía quien, por más de haber soportado las infidelidades de su esposo, resulta imposible pensar que no haya sido meramente cómplice de todos los fraudes que cometió su esposo. Nadie sale ileso de semejante situación y hasta las Infantas Cristina y Elena han tenido que elegir. Claramente optaron por la vereda de su padre.

La Reina Sofía y la Reina Letizia van por senderos diferentes, pues la tibieza no es algo dispuesto a ser pasado por alto por la experiodista. Dejó demostrado que ella no es Sofía, se acabaron las sonrisas falsas y fingir que todo está bien. Sin embargo, sabe que debe mantener la cordialidad con su suegra, pues el bochornoso gesto de las afueras de la Catedral de Palma de Mallorca en 2018 no puede volver a repetirse, aunque claramente le quitaría la mano una y mil veces.

La Reina Sofía sabe que ahora quien manda es la Reina Letizia. Sin peros, sin grises y sin falsedades. La decisión del Rey Felipe fue la de reducir al máximo el circulo de familiares directos de Zarzuela, ceder tanta actividad periodística que ventile las vidas privadas de los esenciales y dejar a un lado a las Infantas, al Rey Juan Carlos y, por consecuencia, a su madre. Hoy la Reina Sofía mantiene su distancia con la familia del Rey Felipe. La línea divisoria está y ambas lo saben. Los limites los pone Letizia.