Iñaki Urdangarin y su hija Irene, una relación rota donde no caben explicaciones

Iñaki Urdangarin ha protagonizado una historia de dolor desde que sus hijos se enteraron de la deslealtad que le habría propinado a su esposa, la Infanta Cristina. El matrimonio no solo tiene que lidiar con su propia separación si no con los desencantos que afectan a los cuatro hijos de la pareja en medio de toda esta crisis familiar.

Desde enero, cuando se difundieran las fotografías de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia, el exentrenador de balonmano buscó una y otra vez el acercamiento con sus hijos, aunque a veces sus intentos no hayan tenido éxito. En las últimas semanas, se especuló sobre un quebrantamiento de la relación de Iñaki con éstos por no buscar un acercamiento con la Infanta Cristina.

Aunque todo parecía perdido, la semana pasada vimos cómo Iñaki Urdangarin se acercaba a su hija Irene durante su viaje a Ginebra. De acuerdo a una reseña de la revista “Lecturas”, el esposo de la Infanta Cristina se ha acercado a su hija menor para buscar su perdón, pues la más chica de los Urdangarin sería la persona más afectada en todo este asunto.

Cabe destacar que la joven de 17 años ha sido el principal apoyo de la Infanta Cristina en este torbellino mediático; actualmente vive con su madre en Suiza y es en quien la hija del Rey Juan Carlos se ha refugiado desde enero, cuando se enteró de la deslealtad de su marido.

La situación se tornó muy incómoda entre Iñaki y su hija Irene Urdangarin, e incluso se dice que la relación se habría fracturado por completo. “La que peor se tomó las fotos de Iñaki y su amante fue Irene. Una niña de 17 años, sensible y simpática, (…) que, quizás por estar muy apegada a su madre, y también por su condición de mujer, se enfadó terriblemente con su padre”, relata la periodista Pilar Eyre.

Incluso Irene Urdangarin, totalmente herida por los actos de su padre, se negó a aceptar ningún tipo de explicación por parte de él, por mucho que sus hermanos intentaran hacerla recapacitar. “Ellos  tratarán de suavizar el tremendo palo que le supusieron aquellas imágenes románticas en una playa cerca de Bidart”, zanja Pilar Eyre sobre la delicada situación que atravesaron padre e hija.