Konstantin de Bulgaria rompe el silencio y revela el verdadero estado de la Infanta Cristina

La Infanta Cristina ha tenido muchos planes desde que se separó de Iñaki Urdangarin. Claro está que llenar la agenda sirve al menos para distraerse, ver a los amigos y compartir un buen momento sin pensar tanto en el pasado. De eso mismo habló Konstantin de Bulgaria, padre de Mafalda, la flamante novia protagonista del fin de semana pasado.

Mafalda de Bulgaria es hija de Rosario Nadal, íntima amiga de la Infanta Cristina y hasta madrina de Irene Urdangarin. Es decir, hablamos de un vínculo que se preserva y mantiene desde hace años, generando así una extrema confidencialidad y seguridad, dos cosas sumamente necesarias para la Infanta en estos momentos.

Si algo caracterizó a la boda fue la extrema confidencialidad. El riguroso procedimiento de seguridad impedía registrar con alguna cámara el enlace, mucho menos la llegada de la Infanta Cristina que llegó en un auto completamente blindado con ventanillas oscuras. Se desconoce si alguno de sus hijos la acompañó o, por consecuencia, quién fue su flamante compañero en la boda.

Lo que sí se sabe es que Cristina de Borbón está “muy bien, muy bien”, así lo confirmó Konstantin de Bulgaria en su visita a Madrid cuando le preguntaron cómo vio a la hija de los Eméritos. No hay imágenes, pero al menos este testimonio confirma cómo ha sido su estado de ánimo.

La boda de la hija de Konstantin de Bulgaria significaba un reencuentro para la Infanta Cristina con todos sus amigos. Además de estar en contacto con su íntima amiga, Rosario Nadal, se reencontraría con varios rostros que al menos le harían pasar un buen momento. Al día siguiente partió para Barcelona a cumplir sus compromisos con Philea Forum 22.

Ha sido "una boda fantástica y estuvo todo muy bonito. Ha habido muchos momentos emotivos", así lo ha dejado claro Konstantin en su viaje fugaz a España. Y no lo dudamos, pues varios comentaros apuntan que se trató de un enlace soñado, solo que completamente protegido en materia de intimidad. La Infanta Cristina asistió a su primera boda sin la compañía de su esposo, todo un acontecimiento que merecía ser abrazado por los amigos que tanto la quieren.