REY FELIPE
El encuentro que el Rey Felipe tanto quiso evitar
Tuvo que dejar a un lado sus principios y resignarse ante la estrategia.
Mientras la Reina Letizia acudía al cumpleaños número 30 del Consejo del Real Patronato sobre Discapacidad, el Rey Felipe marcaba la agenda real con un encuentro que pocas veces hemos sido testigos. Sabemos que a Su Majestad no le agrada reunirse con los aristócratas y nobles, pues de alguna manera estorban con el legado que intenta impartir.
No tuvo opción o, al menos, no ha querido optar por otra alternativa. El Rey Felipe se reunió con la aristócrata María Cristina de Ulloa y Solís-Beaumont, Duquesa de Arcos que fue nombrada como decana de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España.
Para quienes desconocen la misión de dicha institución, es una entidad que vigila y rejunta a todos los aristócratas de España. Claramente, hablamos de personas con acaudalado poder económico que defiende los ideales de la nobleza e insiste con la necesidad de estas tradiciones para velar el funcionamiento de la Constitución. Ahora entendemos por qué Felipe VI estuvo ahí ya que no se da tan seguido estos encuentros.
Las palabras de la nueva décana de la Diputación marcaron una gran alegría: “Es para mí un verdadero honor y un privilegio haber sido elegida para prestar este servicio a España y a la Corona, al mismo tiempo que supone una enorme responsabilidad de la que soy muy consciente”.
Frente al Rey Felipe, la Duquesa de Arcos envió un último mensaje, dejando bien asentado sus ideales como noble aristócrata: “la monarquía como institución está siendo objeto, en los últimos años, de duros ataques por parte de determinados sectores… es preciso ser conscientes de lo necesario de la ejemplaridad de nuestros actos y de nuestro comportamiento y no perder de vista, en ningún momento, los ideales que constituyen nuestra razón de ser”. Al fin una aliada del Rey.
La Duquesa de Arcos destacó lo importante que es preservar a la Corona y mantener su buen noble servicio. El Rey Felipe se limitó a presenciar el acto y recibir los saludos, ya que él es un hombre más de actos que de palabras.
