La Reina Isabel a punto de ceder su símbolo más importante

Hace tiempo se rumorea que la salud de la Reina Isabel atraviesa su peor momento. Hablamos de una mujer de 96 años, por lo cual nos parecería normal pensar que el cuerpo, por cuestiones físicas y biológicas, ya no soporta lo mismo que antes.

Sin embargo, hay ciertas resistencias a creer que eso le podría pasar a Isabel de Inglaterra. Durante los años de mandato se encargó de construir una imagen fuerte y segura de sí misma, la cual se difumina por los mismos tropiezos de su salud. Sus apariciones en público son escasas y la gente empieza a preguntarse cuál es la verdad.

Por prescripción médica, la Reina Isabel ya no podrá usar más su corona. El peso de la reliquia es demasiado para la deteriorada cervical de Su Majestad. Lo mismo ocurre con las tradicionales capas. No más vestiduras pesadas de realeza para Isabel, medida impuesta por sus médicos para alargar más el aliento de la monarca.

Otro de los privilegios que la Reina Isabel deberá dejar a un lado es el traslado en su tradicional carruaje. Debe ir en coche, pues allí se hace mucho más seguro si hay algún bache o irregularidad en el camino. Quién iba a decir que sería su propio estado físico quien quitaría los privilegios más extravagantes de la Reina.

Como vemos, se tomarán todos los recaudos para proteger la debilitada salud de la Reina Isabel. El último cambio que se implementó fue la de imponer un carrito de golf para que Su Majestad se traslade dentro del Palacio de Windsor. La luz se extingue y podemos percibirlo cada vez más.

La tradicional corona será reemplazada por una liviana diadema, la capa por una ligera tela o pieza que reemplace en símbolo, pero no en peso, a la tradicional capa que ha llevado durante tantos años la Reina Isabel. ¿Qué cambios más se implementarán para impedir lo inevitable?