Cuando ya su matrimonio se encuentra prácticamente desecho por la distancia que existe entre la Reina Sofía y el Rey Juan Carlos, es valedero recurrir a varios de los momentos del matrimonio en que sus vidas se vieron realmente comprometidas. La Emérita siempre ha mantenido los consejos de su madre la Reina Federica intactos, durante todo su reinado no ha hecho más que honrarla con su papel en la Corona y como figura central de la familia, pero nunca se esperó que una promesa irrompible fuera a condenarla para toda su vida. 

La Reina Sofía nunca dejará de ser Reina aunque su matrimonio sea solo un símbolo, ella nunca pensaría en el divorcio ni por las más fuertes campanadas de deslealtad que hayan sonado con su marido. Su mayor compromiso es con la Corona y esto ha quedado demostrado una y otra vez. 

Sabemos de dónde viene esta convicción. La Reina Federica decidió que su hija Sofía se educara en Schloss Salem, un internado alemán dirigido por su hermano Jorge Guillermo de Hannover. Allí Sofía aprendió disciplina y a practicar deporte, algo poco usual en la época para las jóvenes de la realeza. Un artículo de "Mujer Hoy"  refiere los valores que la Reina Sofía aprendió de su madre y que nunca olvidará.

De su madre, la princesa aprendió también otro de los valores esenciales de su personalidad: la solidaridad y el interés por consolar a las víctimas de las tragedias. 

La Reina Federica quería que sus hijas se acostumbraran a vivir "para los demás", algo que fue un rasgo esencial de la educación de doña Sofía, pues al igual que su madre, aprendió a no exteriorizar nunca sus verdaderos sentimientos en público.

No dejes de ser Reina.

La promesa de la Reina Sofía

Fue su madre quien le inculcó a la Reina Sofía el matrimonio, y desde un inicio le quitó de la cabeza cualquier idea de divorcio. Fue muy clara: "No lo abandones nunca (a Juan Carlos), no dejes de ser reina… ¿Quieres ser como yo, una reina sin reino, una paria que tiene que vivir de la caridad de los demás, y que ha tenido que venir a la India porque nadie me aguanta?", comentaba la Reina Federica, según menciona la citada revista. 

De la historia de la familia se ha conocido que fue la Reina Federica quien sacó adelante el compromiso matrimonial de don Juan Carlos y doña Sofía. "Desde el principio tuvo claro que, fueran las que fueran las dificultades, ella pondría todo de su parte para que los jóvenes príncipes se casaran. Y lo consiguió. Los novios se habían conocido en el crucero del Agamenón, organizado por Federica en 1954 para reunir a los jóvenes royals", y al poco tiempo contrajeron matrimonio.