¡Habemus Reina Sofía! Luego de varias semanas sin mostrarse en público, este sábado ha vuelto a caminar junto a su gente en el barranco de Prado del Espino Boadilla del Monte (Madrid), en donde participó junto a integrantes de la fundación que lleva su nombre de la ya tradicional campaña “1m2 contra la basuraleza” del Proyecto LIBERA. Una muestra más de la enorme conciencia ambiental de la Emérita.

Durante la jornada se ha visto a una Doña Sofía activa y en contacto permanente y activo con los voluntarios que, de tanto en tanto, se le acercaban a darle algo de charla, claro está, con las medidas de prevención del caso: barbijo y distancia prudenciales.

Pero los motivos para celebrar de la Reina Sofía son otros. Y es que, sin el Rey Juan Carlos en el radar, su aparición pública pone fin a lo que realmente la mantenía apresada: la COVID-19. Tras una breve estadía en Miami y después de anunciar en mayo su muestra positiva, la monarca retirada ya puede retornar a pleno a sus actividades habituales. Y eso, en los tiempos que corren, es muchísimo.

El alta médica de Su Alteza la habilitará a pensar, además, en lo que le deparan las vacaciones de verano. En puerta figura un plan que no le convencería del todo a la Reina Letizia, que es el de compartir unos días con la Reina Sofía en el Palacio de Marivent (Mallorca), en donde también estarán el Rey Felipe, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.

Alivio y una dura decisión

La reaparición pública de la Reina Sofía no es nada casual para algunos. Coincide con el día después de lo que debería haber sido el segundo retorno del Rey Juan Carlos a territorio español. Vale recordar que el Emérito tenía pensado volver el 10 de junio para la Copa del Mundo de Regatas, que tuvo lugar en Sanxenxo, pero que por recomendación de la Casa Real –o más bien por orden del Rey Felipe- debió suspenderse.

En los últimos días, y en torno a la distancia física y de pareja que separa a los monarcas retirados, se conoció la noticia de una dura decisión que habría tomado Felipe VI a partir de un pedido de su madre. El Soberano español habría accedido a cortar todo tipo de comunicación y de consultoría con su padre, quien, pese a su destierro, continuaba siendo una fuente importante de consulta para el otrora Príncipe de Asturias. ¿Acaso otro motivo para Doña Sofía para celebrar?