Hay preocupación en la Zarzuela luego de conocer la noticia. Fue absolutamente inesperada. Nadie se lo puede explicar. O sí. ¿Será algún tipo de represalia por lo que hicieron el Rey Felipe y la Reina Letizia? ¿Por la Princesa Leonor? Nadie puede decirlo con seguridad. Solo se puede atar cabos y suponer el porqué. La Familia Real de Noruega ha decidido agasajar a Charlène de Mónaco y a su esposo, el Príncipe Alberto. Lo harán, coincidentemente, luego de que los Reyes de España confirmaran que no asistirán a la celebración del cumpleaños de la Princesa Ingrid Alexandra, ahijada de Don Felipe. Todo un gesto.

No será cualquier encuentro el que tendrán los príncipes monegascos en tierras nórdicas. Significará el regreso de Su Alteza Serenísima a la actividad real, luego de mostrarse públicamente por primera vez durante el Gran Premio de Fórmula 1 que se realizó hace algunas semanas en su país.

El Rey Felipe y la Reina Letizia ahora miran de reojo lo que ocurrirá en Noruega. Será el 22 de junio. Los Reyes Harald y Sonia, los príncipes Haakon, Mette Marit y Marta Luisa agasajarán con un festín a Charlène de Mónaco y al Príncipe Alberto, que asistirán sin hijos al evento. Ocurrirá en la finca real de Bygdo, en la península de Oslo, un barrio residencial rodeado de bosques y parques.

Será una oportunidad histórica la que dará la Familia Real noruega al matrimonio principesco. Podrán mostrarse juntos y disipar los rumores de separación que los envolvieron incluso mientras Charlène permanecía internada y luchando por su vida. Será la oportunidad de la distinguida royal para mostrarse plena luego de haber superado al COVID-19, que la hizo ausentarse de uno de sus eventos deportivos preferidos: el Water Bike Challenge, que supo ganar años anteriores.

Los viejos y vigentes rencores

No es buena la relación del Rey Felipe y la Reina Letizia con el Príncipe Alberto y Charlène de Mónaco. El disgusto se remonta a la celebración de los últimos Juegos Olímpicos organizados por España. Semanas antes, los monegascos criticaron duramente la intención del gobierno español de alojar el evento deportivo al considerar que no estaban a la altura de garantizar su seguridad.

El comentario cayó tan mal en la Casa Real que ninguno de los reyes ni algún integrante de la realeza española asistió luego a la boda de la sucesora de Grace Kelly con Alberto II. Hay dos versiones respecto a la ausencia. La primera, que declinaron la invitación aduciendo coincidencias de agenda. Y, la segunda, la peor de todas, que ni siquiera estuvieron invitados.

De hecho, uno de los pocos encuentros que mantuvieron los Reyes de España con el titular del Principado de Mónaco fue en junio de 2019. No fue una visita oficial ni estaba programada. El monegasco se encontraba en Madrid y pasó por la Zarzuela como quien pasa a pedir una tacita de azúcar. Por supuesto, fue recibido por los dueños del trono, aunque sin demasiados protocolos. Mucho menos bombos y platillos.