La razón por la que rompió en llanto y se emocionó el Rey Felipe

El viernes 17 de junio de 2022, será una fecha para atesorar y que quedará como recuerdo imborrable, al ser una de las noches más inolvidables que se ha permitido vivir la realeza europea en su riquísima historia. El Rey Felipe no quería perderse el histórico momento y ha vivido un mundo de sensaciones.

El Rey Felipe hizo oídos sordos a las críticas por ser el único miembro de una Familia Real en asistir en soledad, sin la compañía de la Reina Letizia, la Princesa Leonor ni de la Infanta Sofía. Se permitió vivir el momento más significativo de la gala en el Palacio de Oslo por el cumpleaños 18 y mayoría de edad de la Princesa Ingrid Alexandra.

No es una persona más en la vida de Felipe VI la Princesa Ingrid Alexandra, sino su ahijada y el principal motivo para que nuestro Rey ocupe un lugar centrado en el posado oficial de la ceremonia y se ubicara al lado de los Príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega, así como también de los Reyes Harald V y Sonia de Noruega. 

Si quedaba alguna rencilla del pasado o se habla de un distanciamiento entre el Rey Felipe y el Rey Harald V, todo quedó atrás luego de la celebración. Y hubo un momento que emocionó a todos por igual y fue cuando la Princesa Ingrid Alexandra brindó un discurso que ya se metió en la historia de las monarquías para siempre.

El discurso de la ahijada del Rey Felipe fue uno de los momentos más esperados de la noche y en sus palabras no faltaron agradecimientos a toda su familia. Y ajeno al protocolo conservador de otros tiempos y dando bienvenida a una nueva era, estuvo cargado de guiños personales que también motivaron carcajadas.

Queridos mamá y papá, muchas gracias por todo lo que me han dado. Mamá, podemos hablar de cualquier cosa. Gracias por permitirnos tumbarnos en el sofá y ver series, como 'Sexo en Nueva York'. Realmente aprecio todo lo que haces por mí.

Mientras brindaba sus sensaciones, las risas dieron paso a las lágrimas de emoción: así como la ahijada del Rey Felipe debió enjugarse las lágrimas una y otra vez, también se pudo ver visiblemente emocionada a la Reina Sonia, la Reina Máxima y por supuesto a Mette-Marit, que no terminaba de creer el momento que acababa de brindar su hija.

La Princesa Mette-Marit quiso compartir su emoción y así se lo hizo saber a su compañero de mesa, el mismísimo Rey de España, quien no dudó en reconfortarla tomándola de la mano y dándole la enhorabuena. Sin lugar a dudas, una noche de gala enriquecida de momentos emocionantes.