Atrás quedó el escándalo y el infierno desatado hace tres años, cuando una foto hizo tambalear el matrimonio del Príncipe William y Kate Middleton. El segundo en la línea de sucesión al trono de Reino Unido aprendió la lección. Y hoy vive uno de sus mejores momentos en lo personal, pero mucho más en lo institucional.

El Duque de Cambridge se ha transformado, quizá, en todo aquello que imaginó la Reina Isabel que sería su hijo y heredero a la Corona, el Príncipe Carlos. Contrario a su padre, y salvo ese polémico episodio en un bar junto a la marquesa y exmodelo Rose Hanbury, William lleva una vida marcada por la moralidad y buenas costumbres a la que se suma como piedra basal una fuerte relación de familia. Algo que Carlos de Gales se encargó de destrozar a lo largo de todos sus años hasta la actualidad.

Hoy el Príncipe William se ha vuelto una de las piezas fundamentales del reino, uno de los pilares más vistosos de la Reina Isabel. Y esto quedó demostrado durante los últimos festejos del Jubileo de Platino de su abuela, en donde fue gran protagonista en las calles y también en las redes sociales.

Más allá del triste momento que le hizo pasar su esposa, Kate Middleton, queriendo robarse el protagonismo de la foto en el balcón del Palacio de Buckingham, lo que le valió un buen regaño de Isabel II, él y su pareja, junto a sus hijos, estuvieron siempre al frente de la celebración, mucho más que el Príncipe Carlos y la siempre discutida Camilla de Cornualles, destructora del matrimonio de la recordada y por siempre amada Lady Di.

Pero, esta conversión, este ascenso de categoría simbólico del Príncipe Williiam no habría sido posible por sí mismo. El distanciamiento con su hermano menor, el Príncipe Harry, lo tenía bastante desmoralizado. Fueron las mujeres las que lo levantaron. Y no mujeres cualquiera, como las que le atribuían a su padre –o jóvenes toníficados, como ocurrió en una ocasión-, sino sus mujeres, a las que dedica cada inconmensurable medida de su atención y cariño, los amores de su vida. Son cuatro.

Lady Di

Si hay algo que extraña el Príncipe William, es a Diana de Gales. La madre más cariñosa y atenta que por suerte le pudo regalar la vida. Un amor de madre que le fue arrebatado cruelmente tan temprano, tan fugazmente, que aquel momento terrible todavía vive claro en la memoria y pedazo de corazón roto que guarda y lleva consigo para siempre y más.

Luego del divorcio de sus padres, por las constantes infidelidades del Príncipe Carlos, que hoy exhibe a una de esas amantes como heredera del trono, William y Lady Di construyeron una hermosa relación. Ella lo llamaba “mi viejito sabio”, ya que, durante su adolescencia, el Duque de Cambridge fue su gran confidente.

Reina Isabel

Ninguna persona puede negar la gran influencia que tienen sus abuelas en ellos. El Príncipe William no es la excepción a esta regla universal. La relación es tan buena entre ambos, que hasta se llegó a especular con que Isabel II saltaría una generación completa para que su nieto reine en lugar de su siempre escandaloso padre.

El Duque de Cambridge no solo ve una abuela en la monarca que lleva más de 70 años sentada en su trono, sino también a su más grande mentora. Ella lo admira a él por su formación, pero mucho más por el enorme respeto que guarda a la institución, algo que nunca pudo decir de su hijo.

Si faltaban pruebas de la gran relación entre abuela y nieto, no hay otra más fehaciente que la decisión del matrimonio principesco de mudarse de su casa de Londres hasta la Casa Windsor para estar mucho más cerca de la monarca inglesa.

Kate Middleton

Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, dicen los que saben. Y, aparentemente, el refrán se ha cumplido en el caso del Príncipe William que, en la actualidad, es uno de los miembros de la Realeza inglesa que más respeto genera dentro y fuera del Reino Unido.

La Duquesa de Cambridge es su amor universitario y su más grande compañera de vida. Fue una de las primeras historias de amor modernas de la monarquía, lejos ya de los compromisos por arreglos políticos. Un amor que podía haber surgido mejor para alguien de la Realeza: flechazo durante un evento benéfico. Si hasta parece guionado por Walt Disney.

Se complementan el uno al otro. Ya sea en la vida hogareña como en las actividades reales. Quienes conocen a William aseguran que prefiere quedarse en casa a salir de fiesta. Salvo aquella vez, claro está. Después de eso, nunca más.

Princesa Charlotte

El “ojito derecho del príncipe”, aseguran. La primera hija del Príncipe William, la que lo hacía conocer el amor de padre en mayo de 2015, por quien tomaría cuidadosamente cada una de sus decisiones futuras para preservar ese valioso tesoro llamado Charlotte. Dicen que es la bisnieta preferida de la Reina Isabel, quien gusta de llamarla “Lottie”.

La pequeña es quien saca la faceta más tierna del Duque de Cambridge. Muy traviesa, promete ser una de las integrantes de la Casa Real más destacadas del futuro.