Más de siete mil kilómetros son los que separan a Sanxenxo de Abu Dabi. Una distancia extensísima, pero que no ha podido evitar que el Rey Juan Carlos se entere de lo que fue y no pudo vivir por sí mismo en aquel lugar donde supo ser feliz una incontable cantidad de veces durante sus años mozos. Al Emérito le han hecho llegar un mensaje que hubiera preferido escuchar con sus propios oídos. Y ahora lo sabe. Ahora lo lamenta. Porque, quizás, jamás volverá a escuchar algo igual. Al menos no por otra vía que no sea tecnológica.

Al padre del Rey Felipe le han aplaudido. Le han vitoreado y le han dedicado unas sentidas palabras. Y él ha debido enterarse semanas después por alguien que se lo ha hecho llegar. Por ahora, no se conocen videos de ese momento. Solo se conoce cuál fue la dedicatoria y su autor. Y no podía esperarse de otro.

Fue Pedro Campos, amigo entrañable del Rey Juan Carlos, quien pronunció un breve, pero emotivo discurso. Unas palabras que dijo el día en que, se suponía, debía estar el Emérito para apoyar a su equipo de regatas a bordo de su “Bribón”. Una intención y un deseo que se vio frustrado por orden de Felipe VI, luego de aquella recordada y fatídica reunión de más de cuatro horas en la que se le demandó a Juan Carlos I –no muy amablemente- que volviera por donde vino y no regresara hasta que le sea indicado lo contrario.

“Por último, quería dedicar un recuerdo muy especial a la persona que más ha contribuido al desarrollo de la clase y al éxito de estos eventos en los últimos años: Su Majestad el Rey Don Juan Carlos”, señaló Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, durante la cena de clausura de la copa que se disputó el 10 de junio y en la que el equipo del monarca terminaron segundos. Defendían la Corona obtenida en la edición pasada y contaban con el apoyo del padre del Rey Felipe.

El viaje frustrado

Vale recordar que, luego de aquella recordada reunión entre Felipe VI y el Rey Juan Carlos, que terminó con la partida tempestuosa del monarca retirado, desde Abu Dabi se adelantó su ausencia mediante un escueto comunicado en donde se aducían “motivos estrictamente privados”.

Juan Carlos I había regresado luego de dos años a tierras españolas y la acogida en Sanxenxo escandalizó a los miembros del Gobierno de España, que se adelantaron a cualquier intención de estadía más larga del Emérito y demandaron a la Casa Real acciones inmediatas.

Lo que pasó después ya es historia conocida.