El anuncio de Meghan Markle que no debe llegar a la Reina Isabel

La anulación del derecho al aborto en Estados Unidos ha generado gran estupor en todo el planeta. Todo lo que ello implica, un profundo retroceso para colectivos de mujeres de distintos países que lucharon por la posibilidad de elegir sobre sus cuerpos sin morir en el intento, por la clandestinidad a la que estaban sometidas quienes decidían no ser madres, por la razón que sea. Una situación que indignó a muchos y de la que se hizo eco una (¿ex?) integrante de la Familia Real británica, la Duquesa de Sussex, la norteamericana Meghan Markle, esposa del Príncipe Harry, nieto de la Reina Isabel.

La nuera del Príncipe Carlos volvió a brindar una polémica entrevista a un medio de comunicación estadounidense. Otra vez, luego del escándalo que generó en la Casa Real inglesa cuando decidió revelar los padecimientos que sufría por los dichos de algunos familiares de su marido, a quienes les desvelaba el color de piel que podrían tener sus hijos.

Meghan Markle accedió a hablar por videoconferencia con la revista “Vogue” y la activista feminista Gloria Steinem. Y no solo se refirió a la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos que generó un cisma de proporciones catastróficas, sino que también decidió recordar una dura y triste situación, una que se guardó durante más de un año y que la entristeció durante buena parte de ese tiempo. Declaraciones que, en la Casa Windsor, esperan que no lleguen hasta la Reina Isabel.

“Está claro que nuestra seguridad física no importa y que por tanto nosotras tampoco importamos. Pero lo hacemos. Las mujeres importamos”, se recriminó la ex actriz de Hollywood, que luego se refirió al padecimiento de miles de mujeres alrededor del mundo. “Nadie debería verse obligado a tomar una decisión que no quiere tomar, que es insegura, o que pone en peligro su vida. Ya sea una mujer que se encuentra en una situación difícil, una mujer que no está lista para formar una familia o incluso una pareja que merece planificar su familia de la manera que tenga más sentido para ellos. Se trata de tener una opción”, señaló.

En este sentido, Meghan Markle volvió a insistir con el peligro que reviste la decisión de anular el aborto como un derecho. “Nadie debería verse obligado a tomar una decisión que no quiere tomar, que es insegura, o que pone en peligro su vida”. Fue, entonces, que la Duquesa de Sussex volvió a revivir un duro recuerdo que la atormenta como desde el primer día. Una pérdida muy personal, interna, una parte de sí misma, alguien esperado y que no pudo ser; la foto que jamás conoceremos. Una memoria hecha palabras que duelen.

“Sé lo que se siente al sufrir un aborto espontáneo, de lo cual he hablado públicamente. Cuanto más normalicemos las conversaciones sobre las cosas que afectan nuestras vidas y nuestros cuerpos, más personas comprenderán lo necesario que es tener una protección”, confesó.

Pero lo que realmente querrían bloquear en el Palacio de Buckingham para que no llegue a oídos de la Reina Isabel, quien ya ha tenido que soportar los embates de la prensa por las intimidades reveladas por su nieto, el Príncipe Harry, y la ex actriz estadounidense, es el anuncio de ésta última.

“Parece que pronto haremos un viaje juntas a Washington, Gloria”, anunció dirigiéndose a la activista feminista y aseguró que la abolición del aborto como derecho es solo el inicio, la “punta del iceberg” de una campaña para abolir el matrimonio homosexual o el acceso a métodos anticonceptivos. “Hay que convertir el miedo en acción y recordar todo esto cuando votemos en las próximas elecciones del Senado en noviembre”, concluyó Meghan Markle, metiéndose de lleno en la política nacional, algo que, casi con seguridad, tampoco gustará a la Monarca con más de 70 años en el trono británico.