No hay perdón posible. La disputa en la Familia Real española ha llegado a una etapa de no retorno, de extrema gravedad y que podría afectar el futuro de la realeza. Hoy la novela que vienen protagonizando los miembros más encumbrados de la Corona Española suman un nuevo capítulo y el título podría definirse con dos palabras: traición y olvido. Un episodio que incluye al Rey Felipe, a la Reina Sofía y al Rey Juan Carlos.

Ya por todos es conocida la polémica decisión que tomó el heredero del Emérito cuando en 2020 decidió acceder a las demandas del Gobierno de España y desterrarlo. Ahora bien, a pesar del exilio, Felipe VI jamás dejó de tener contacto con su padre en Abu Dabi. Por el contrario, ni los escándalos amorosos ni sus desfalcos financieros impidieron que pudiera seguir buscando su valioso consejo en los momentos más difíciles de su reino. Hoy esa posibilidad se ha cortado.

La responsable de esta triste decisión, de desvincular a un padre de su hijo, el Rey Juan Carlos y el Rey Felipe, es nada más ni nada menos que la Reina Sofía. Ella, según altas fuentes de la Casa Real, ha recomendado a su hijo –prácticamente se lo ha ordenado- a que corte todo tipo de comunicaciones con el monarca exiliado. Le ha prohibido incluso hablar de él. Lo han condenado al olvido.

El Rey Emérito atraviesa una dura situación. A sus problemas de salud, atravesados por la imposibilidad de volver a España para tratarse con su médico de cabecera en Barcelona, se suma el corte de comunicación, que lo deja completamente ciego ante una amenaza inminente como la que –aseguran- le transmitió su propio hijo para no regresar este 10 de junio, como lo tenía planeado desde la vez que estuvo en Sanxenxo. Se encuentra solo. Le han soltado la mano a pesar de que él cree haber hecho todo para preservar la Corona, aunque eso significara dejar el trono a su hijo.

La voluntad de la Reina Sofía

La Reina Sofía se valió de la gran relación que tiene con su hijo el Rey Felipe. Desde muy pequeño, el otrora Príncipe de Asturias fue muy unido a su madre, a quien vio sufrir de amor por su padre el Rey Juan Carlos. Y quién sabe qué detalles más sabe de esta triste relación entre ambos y cómo esto pudo influir en lo que ahora parece ser una venganza cuidadosamente planeada.

El fundamento que habría dado la monarca a Felipe VI habría sido el de preservar la Corona ante un delicado momento institucional que atraviesan por los permanentes embates de la prensa y del propio Gobierno de España, que somete a los reyes con amenazas que comprometen el futuro del Rey Emérito y que, inevitablemente, terminarán salpicando al reino.