CHARLÈNE DE MÓNACO
El efecto inesperado que Charlène de Mónaco provocó sin mover un solo dedo
Los Grimaldi estarían enfurecidos.Tuvo lugar el evento más esperado de todos los años por la realeza monegasca. Ocurrió, estuvo repleto de glamour y elegancia y, sin embargo, todos hablaron de otra situación. El Baile de la Rosa no fue lo que todos, y más específicamente la familia Grimaldi, hubieran esperado. Y algo tuvo que ver Charlène de Mónaco.
La princesa de origen sudafricano, otra vez, no estuvo presente en el evento. Nada nuevo bajo el sol, aunque este haya sido quizás el año en que más cerca ha estado de mostrarse en el exclusivo encuentro royal.
Por el baile creado por Grace Kelly, antecesora de Charlène de Mónaco, desfilaron los principales miembros de la familia del Príncipe Alberto, los Grimaldi. Carolina de Mónaco, Christian Louboutin, entre otros.
Pero, a pesar de todas las figuras, con la presencia de cantantes como Janet Jackson, con la aparición estelar de Alexandra de Hannover y su nuevo novio, nada pudieron hacer para que el tema de conversación y las preguntas de la prensa no fueran otras que lo que es un misterio y un secreto a voces desde hace algunos años: ¿por qué faltó la princesa Charlène?
Todo el mundo supone que la ausencia de Charlène de Mónaco en la fiesta tuvo que ver con la conocida tirante relación que mantiene con Carolina de Mónaco, hermana de su esposo el Príncipe Alberto, quien hace las veces de Primera Dama en los eventos a los que la sudafricana elige no asistir.
La monegasca más querida de todas generó lo que los Grimaldi jamás se hubieran imaginado ni querido, que es quitarles por completo el protagonismo. Y lo hizo sin tener que mover ni un solo dedo. Una demostración más del poder de la princesa consorte.