Victoria Federica sentencia su futuro al caer en su propia trampa

Adónde habrán quedado aquellas palabras escupidas a un micrófono allá por el tibio abril. El testimonio viviente de un futuro próximo que hoy parece haber llegado, pero no del modo esperado. O no de la forma prometida o anunciada. Victoria Federica ha dictado su propia sentencia con lo último que ha hecho.

“No me expongo mucho y lo poco que muestro es lo que soy de verdad, eso es lo importante. Desde luego, tengo muy claro que no quiero convertirme en una influencer. Es un trabajo que respeto mucho, de hecho, tengo buenos amigos que se dedican a esto. Sin embargo, no es una salida profesional con la que me identifique. Quizás sí me sienta cómoda siendo alguien influyente, pero son dos conceptos que no tienen nada que ver”, decía la hija de la Infanta Elena hace apenas tres meses a la revista “Elle”.

Sin embargo, esta semana ha hecho todo lo contrario a lo ya dicho. Contrario a todo lo que supuestamente presentaba como un plan de vida, Victoria Federica ha caído en su propia trampa al asistir a un encuentro de influencers convocado por su marca preferida de ropa Off-White, responsable de su último look polémico.

La nieta preferida del Rey Juan Carlos viajó hasta Ibiza y se instaló, junto a dos amigas y otros varios jóvenes considerados altos influenciadores en las redes sociales, en el lujoso Bless Hotel, una verdadera bendición en el rubro hotelero.

La cena fue organizada por la firma de moda tuvo lugar en Casa Jondal. Un evento exclusivo del que ha sido posible conocer algunos detalles gracias a las publicaciones de historias de Instagram realizadas por Victoria Federica y otros influencers.

Junto a la sobrina del Rey Felipe, algunos de los invitados que destacaron –hubo más de 300 en total- fueron Alba Díaz Martín, hija de Vicky Martín Berrocal y el Cordobés; Marta Ezcurra y su inseparable amiga Rocío Laffón.

Victoria Federica y compañía disfrutaron de varios lujos en el lugar. Desde visitas guiadas a parajes inolvidables hasta viajes en moto de agua, momento que se han encargado de inmortalizar, como no podía ser de otra forma, en sus redes sociales. Pero lo realmente único fue el menú que deleitaron. Solo para empezar a hablar, para que el mozo pose la mirada en ti y de un paso al frente, lo primero que hay que hacer es despacharse con 130 euros. Es un lugar realmente exclusivo de principio a fin, y la hija de la Infanta Elena no ha debido ni imaginarse abrir su bolso en busca de su tarjeta.

Los beneficios de ser influencer, aunque ella por ahora se permita todavía negarlo.