La Reina Letizia se quita la mascarilla por la razón más triste

La Reina Letizia ha conocido de primera mano lo que es tener coronavirus. El martes de la semana pasada había dado positivo y durante ocho días estuvo sin poder cumplir con su agenda, ya que se vio obligada a estar confinada lejos del Rey Felipe y de sus hijas, Leonor y Sofía.

Por más que la Casa Real lo había puesto en duda en su comunicado oficial, la Reina Letizia debido a su carga viral no pudo asistir a los premios del diario ABC, una de las galas más esperadas por la esposa del Rey Felipe, quien estoicamente la ha reemplazado y transmitió su mensaje: "Paciencia y a seguir adelante".

Pero el tiempo todo lo cura y este martes volvió a la rutina la Reina Consorte, en una jornada de comunicación y deporte paralímpico bajo altas temperaturas en Madrid, con un espléndido traje de lino, pero sin quitarse la mascarilla. Lo mismo ha hecho en el Museo del Prado para premiar a la cultura.

Aunque este viernes, nuevamente al lado del Rey Felipe, la Reina Letizia se ha quitado por fin la mascarilla y su semblante ha sido acorde a la ocasión: serio, reflexivo, triste por el acto de Homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus y de reconocimiento al personal sanitario.

Mientras la séptima ola ha llegado a España, pero con la tasa más baja de mortalidad, Letizia Ortiz estuvo en la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid bajo la consigna Aplauso Para El Recuerdo, donde apenas ha sonreído ante el cordial saludo del presidente Pedro Sánchez.

Como es habitual en la Reina Letizia, su imagen ha resumido el drama que ha vivido España en los tiempos más duros y del cual aún hoy quedan retazos. El semblante del Rey Felipe no ha sido distinto y ambos han dado el tono al acto que el mismo demandaba con un ruego: que no vuelva a repetirse.