La salida de la Reina Letizia ante la ola de calor que no se tolera

Allá lejos y en el tiempo quedó la pequeña Letizia Ortíz en Oviedo, cuando podía zambullirse en cualquier lado para refrescarse de los calores del verano (que no son los mismos de ahora). No, ahora la Reina Letizia debe compartir estos calores inhóspitos que vivimos en España con temperaturas literalmente insoportables.

Es la misma Reina Letizia la que sufre, por más Reina que sea, como cuaquier mortal la ola de calor que ha activado la alerta en todas las comunidades menos Canarias por temperaturas que pueden alcanzar los 45ºC. ¿Cómo hace Letizia para combatir estos calores?

Una muestra contundente de su capacidad de combinar looks frescos con las formalidades que conlleva ser la Reina Consorte la ha dado en sus dos últimas apariciones luego de superar el coronavirus que le mantuvo alejada de la agenda laboral y en el más absoluto reposo durante ocho días.

La primera vez de la Reina Letizia, aún con la mascarilla, y la molestia que provoca la misma cuando de estas altísimas temperaturas hablamos, ha sido nada más y nada menos que bajo el sol del Estadio Valhermoso de Madrid para conversar animadamente con los atletas paralímpicos que corrían en una tarde calurosísima.

Para esa ocasión, luego de refugiarse en las sombras de las plateas del estadio y sin poder, como indica el protocolo, lucir gafas de sol, la Reina Letizia ha optado por un fresco traje de lino celeste, con una blusa suelta y unas cómodas y livianas alpargatas crema en sus pies para no sufrir más de la cuenta.

Ya puertas adentro en el Museo del Prado, con la temperatura del aire acondicionado más amable, la esposa de Felipe ha caminado junto a su marido con un conjunto soñado con transparencias para la entrega de los Premios Nacionales de Cultura. Lino, encaje, transparencias y alpargatas son las armas de la Reina Letizia. Pero vaya si daría un minuto de su tiempo por volver a Oviedo y lanzarse a chapotear como cuando niña. Ya llegan las vacaciones. Falta poco tiempo para el verdadero respiro y un buen chapuzón.