El Rey Felipe da rienda suelta a una de sus pasiones lejos de la Reina Letizia

El Rey Felipe llegó a Palma de Mallorca el jueves 28 de julio, sin mucho despliegue. Lo hizo en completa discreción teniendo en cuenta que tenía una gran agenda por cumplir al día siguiente. Lo cierto es que el esposo de la Reina Letizia tuvo la oportunidad de reencontrarse con sus hermanas en el Palacio de Marivent.

La Infanta Cristina y la Infanta Elena decidieron dar un gran paso en lo que es recuperar su vínculo con el Rey Felipe es por ello que aprovechando que la Reina Letizia permanecería unos días más en Madrid decidieron que esta era la oportunidad para un reencuentro.

Tras cumplir con los compromisos protocolares, el hijo de la Reina Sofía decidió dedicarse a pleno a disfrutar de una de sus grandes pasiones. Una cita en la que se mantiene fiel desde que participara por primera vez cuando era tan solo un adolescente. Lo cierto es que el Rey Felipe no solo cumple con sus compromisos institucionales, sino que disfruta de gran tradición en su familia.

Eran las once de la mañana cuando el Rey de España pisaba la estación militar de Porto Pi, muy cerca del Palacio de Marivent, donde consiguió subir a bordo del Aifos. Fue el comandante Ricardo Álvarez quien lo recibió y lo guió hasta la cubierta del velero, fiel a su estilo el Rey Felipe se tomó unos minutos para saludar a los tripulantes para luego dar por iniciado los entrenamientos para la competición de la Copa del Rey Mapfre de Vela que tendrá lugar hasta el próximo sábado, 6 de agosto.

Sin lugar a dudas, el Rey Felipe no quiso desaprovechar la oportunidad es por ello que ante la ausencia de la Reina Letizia y sus hijas decidió dar rienda suelta a una de las pasiones que mantiene latente desde su adolescencia.