IRENE URDANGARIN
Irene Urdangarin y el motivo que debería preocupar a Victoria Federica y la Princesa Leonor
Una estrella en ciernes.La evidencia más grande de cómo pasa el tiempo siempre son los hijos. Sus cambios radicales, que ocurren cuando uno menos lo espera, casi imperceptibles aunque inevitables. Ejemplo de esto es Irene Urdangarin, hija de Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina que, ayer nomás, era una tierna niña. Hoy, por el contrario, se ha convertido en una adolescente que parece determinada a seguir adelante sin importar qué.
Luego de la separación de sus padres, la menor de los Urdangarin-Borbón escogió seguir el camino de su madre hasta Ginebra (Suiza), donde pasa la mayor parte del año. Es muy unida a la hija mediana del Rey Juan Carlos, pero también a su padre Iñaki. Lo demuestran las fotos de su último verano juntos que, a pesar de la distancia física que los separa, ha dejado en claro la buena relación que mantienen a pesar de todo.
Y son justamente estas últimas imágenes, obtenidas por la revista ¡HOLA! en las costas de Bidart, viejo refugio del amor que se tuvieron los padres de Irene Urdangarin, las que sentencian, en parte, el futuro de la joven y que preocupa, de alguna forma, a sus primas Victoria Federica y la Princesa Leonor.
Casi sin quererlo, la única hija de la Infanta Cristina está ganando terreno en los medios. No lo busca, aseguran quienes la conocen bien, pero el gusto de las revistas del corazón por la pequeña de Iñaki es innegable. Les cautiva su imagen, su naturalidad, esa de la que muchas veces carecen la sobrina más polémica del Rey Felipe y la heredera al trono.
Una estrella en ciernes
Irene Urdangarin es una estrella en ciernes. Posee un estilo único que atrapa a quienes la siguen. Se deja ver en público con looks bastante relajados. Un estilo desenfadado que poco tiene que ver, por ejemplo, con los glamorosos gustos de Victoria Federica o con la exacerbación del estilo clásico de la Princesa Leonor. A contramano de sus primas, la joven rubia escoge lo simple. Destacan las blusas de lino, infaltables en su armario y, si bien no es una “fashionista”, demuestra estar al tanto de las tendencias.
La hija menor de Iñaki Urdangarin, como buena portadora de su apellido, es una amante del deporte. El tenis es su preferido, descartando de plano seguir los pasos de su padre como su hermano Pablo, a quien visita seguido en sus viajes esporádicos a Barcelona. También es una amante de la moda, pero no pretende dedicarse a ella ni mucho menos convertirse en influencer, como Victoria de Marichalar. Aunque no se descarta que, involuntariamente, termine teniendo cierto poder de influencia a medida que siga ocupando la atención de los medios, que la ven como una figura genuina y agradable, lejana a las polémicas y, sobre todo, a la solemnidad que dan los cargos y, tal como apunta el término, a la carga que éstos conllevan.
Sin querer, Irene Urdangarin supone un difícil desafío tanto para Victoria Federica como para la Princesa Leonor, cuya popularidad, seguramente, se verá mermada por la aparición de competencia.