La última decisión de Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto que hizo historia

Los fanáticos de la historia, el arte y la arquitectura cuyos vientos les hayan llevado por Mónaco, tienen un importante llamado a una imperdible cita. Es que el Príncipe Alberto y la Princesa Charlene tomaron una decisión histórica: el Palacio donde residen con sus hijos reabrió sus puertas al público, algo que no se daba desde 2015.

"Hace cinco años, el Príncipe Alberto decidió llevar a cabo una importante restauración de las decoraciones pintadas exteriores e interiores del palacio. El enfoque adoptado por el equipo de restauración pretende respetar tanto el entorno como la integridad del patrimonio histórico", comunicó el Palacio, conmemorando la ansiada reapertura del Palacio Grimaldi o Palacio Principesco.

La residencia fue construída en 1191 y fue víctima de un largo camino de bombardeos y acosos de varias potencias extranjeras a lo largo de los siglos. La exfortaleza genovesa, desde finales del siglo XII, sigue siendo residencia de la familia Grimaldi, que lo llamó hogar por primera vez allá por 1297.

Mientras los Habsburgo, los Romanov o los Borbones construían nuevos palacios a menudo, la familia real monegasca debía reconstruir parte del palacio o añadirle algún nuevo elemento. La arquitectura y el diseño se vieron influenciados por el renacimiento italiano.

Las recientes renovaciones incentivadas por el soberano y la Princesa monegasca desenterraron obras de arte inéditas, como pinturas de 600 metros cuadrados, del renacimiento italiano. También el edificio cuenta con un jardín zoológico fundado por el difunto Rainiero III en 1954: cerca de 300 animales de al menos 60 especies diferentes.

Mientras tanto, en el diminuto Principado, la atención principal sigue centrada en la actividad de Charlène de Mónaco, recién incorporada a su agenda oficial tras una larga lucha contra las complicaciones derivadas de una infección.