No. No pueden volver a repetirlo. Hacerlo sería un gran error. Uno gravísimo. Pondrían en riesgo todo. No se lo pueden permitir. No de nuevo. Están obligados a tomar una decisión drástica. No una, varias. Se encuentran entre la espada y la pared y ellos son los únicos responsables. El Rey Felipe y la Reina Letizia están más complicados de lo que parecen.

¿La razón? Un sinnúmero de eventos royals a los que se supone la presencia de Don Felipe y Doña Letizia, juntos, será una garantía. Es que, de no serlo, supondría una nueva afrenta –una más- a la Monarquía de toda Europa.

Ya se ausentaron de uno de los encuentros más importantes del último tiempo luego de dos años de pandemia que no permitieron grandes reuniones. Un hecho histórico que significó el debut y presentación oficial en público para varios de las futuras Reinas y Reyes europeos. Cita a la que no asistieron no la Reina Letizia ni la Princesa Leonor. El Rey Felipe tuvo que ir solo a la cena de cumpleaños de la Princesa Ingrid Alexandra de Noruega, su ahijada.

Y ahora, los anuncios de bodas reales obligan a los reyes españoles a tomar decisiones drásticas y definitivas pensando en el bien del Reino. Rechazar una invitación más podría significar la erosión de las relaciones internacionales en tiempos donde el apoyo mutuo es fundamental para soportar los embates de la economía global.

Estos son solo algunos de los “pasillos” del “enorme laberinto” que el Rey Felipe y la Reina Letizia se han creado para ellos solos.

Por partida doble

La primera en anunciar matrimonio en puerta fue Rania de Jordania, Monarca que es conocida en todo el mundo por ser un calco de la Consorte Real española. A principios de julio, anunció que su hija la Princesa Imán se enlazaría con su su prometido, Alexander Thermiotis. Todavía no hay fecha confirmada, pero será este año y probablemente después de la celebración de su hermano el príncipe heredero Hussein.

A la vuelta de la esquina

María Laura, la sobrina preferida del Rey Felipe de Bélgica, anunció que se casaría el próximo 10 de septiembre con su novio el plebeyo y empleado bancario William Isvy.

Las relaciones entre las Casas Reales belga y la española son excelentes. De hecho, durante la gira de presentación de los Reyes, en 2014, fueron invitados por los Monarcas anfitriones a pasar la noche en una de sus residencias privadas para luego compartir un día juntos como grandes amigos.

No asistir podría ser considerado como una traición a esa vieja confianza que existe entre ambas parejas reales.

Fecha complicada

Otro gran evento que complicará profundamente al Rey Felipe y a la Reina Letizia es el Jubileo de la Reina Margarita de Dinamarca, que celebra sus 50 años en el trono danés.

Los festejos comenzarán el 10 de septiembre, pero la invitación para los Monarcas del resto de las Casas Reales europeas es para el día siguiente, el 11 del mencionado mes. Ofrecerán un almuerzo a bordo del yate real y una cena de gala en el Castillo de Christiansborg.

La fecha es muy próxima a otro día muy especial para los Reyes de España. Es apenas cuatro días antes del cumpleaños de Doña Letizia, que el 15 de septiembre cumplirá medio siglo de vida.

Ausentarse de los festejos de la Reina Margarita también podría ser considerado como un acto de irrespeto, teniendo en cuenta que entre las Familias Reales existe un estrecho vínculo cuyo origen es el parentesco que existe entre los daneses y la madre de Don Felipe, la Reina Sofía.