REINA SOFÍA

Las fiestas “secretas” de la Reina Sofía, a espaldas del Rey Juan Carlos

Momentos privados en el recuerdo.
lunes, 22 de agosto de 2022 · 02:00

El Palacio de Marivent, el paraíso personal en el que la Reina Sofía se ha instalado este verano, y los anteriores durante muchos años, ha sido no sólo la sede de las vacaciones familiares sino también un lugar que le ha permitido organizar una agenda privada anteriormente.

Las actividades privadas de la Reina emérita han contrastado notablemente durante las últimas décadas con las del Rey Juan Carlos. Estas se han caracterizado por su nula publicidad mediática, salvo contadas ocasiones. Doña Sofía, a diferencia de su esposo que siempre ha tenido grupos de amigos con quienes compartir su vida privada y aficiones como los toros y la gastronomía, no ha contado con amistades oficiales.

La Reina Sofía y el Rey Juan Carlos han tenido agendas privadas muy disímiles. Fuente: (Es24).

Así es como hubo un tiempo en que la consorte del Rey Juan Carlos  tuvo sus salidas sin su marido y sus hijos, mientras la familia Borbón residía en Marivent. Tal es el caso de lo sucedido en el verano de 1989, cuando doña Sofía asistió de manera secreta a una fiesta en Sevilla organizada por el príncipe Michael de Grecia en la Casa Pilatos para celebrar su cumpleaños.

En aquel entonces la revista Tiempo destacó la presencia de dos reinas y una emperatriz. En solitario, la Reina Sofía, acompañada de su cuñada Ana María de Grecia y Farah Diba, disfrutó de una velada independiente en la que también estuvieron los barones Thyssen, los duques de Badajoz, Víctor Manuel de Saboya, la Begum Salima, Luis Carlos de Borbón Dos Sicilias y Pedro de Orleans.

La Reina Sofía se ha caracterizado por su poca exposición mediática. Fuente: (Es24).

La noche en cuestión, en Casa Pilatos, el medio destacaba que la Reina Sofía cenó frugalmente ensalada, algo de fritura y arroz con piñones y fue entonces, a la hora del café cuando se dio la anécdota de la noche. La madre del Rey Felipe optó por sacarina en vez de azúcar para su café, pedido que fue imposible de satisfacer porque sencillamente no había. El maître, ocurrente, se dirigió a Doña Sofía manifestando: “Su majestá, que un día es un día", provocando la risa de la Reina, ante el estupor del anfitrión Michael de Grecia quien se lamentó por no haber consderado los gustos de su prima.