ROCÍO JURADO

Dos minutos de “escándalo”, Rocío Jurado y la noche que hizo historia en televisión

Una presentación controversial.
miércoles, 24 de agosto de 2022 · 12:03

Hubo una noche en la que el arte ha conmocionado a todo un país y en la que una revolución (y evolución) inminente se avecinó como una repentina tormenta. Una noche, resumida en apenas dos minutos que bastaron para generar la polémica más grande de la época. La historia se traslada a un estudio de televisión que la cámara enseña. Luego se aprecia una coordinada orquesta a medida que el travelling viaja por los presentadores de la noche y, de repente, se dirige hacia algún lugar en el estudio. ¿Qué sucede?

Entonces aparece la estrella de la noche, imponente, Rocío Jurado, que saluda entusiasta mientras esa misma cámara continúa girando, sin parar, sin cortes, como un satélite alrededor la artista, quien no sabía el impacto que ella tendría en España a partir de ese momento.

Un foco ilumina de pronto el rostro de la más grande y la cámara se detiene de repente. Un silencio ensordecedor ayuda a la artista a levantar sus manos con las palmas abiertas y finalmente recitar: "Tengo el cuerpo empapado de mi patria. Soy de tierra caliente, tengo raza. Defendiendo a mi gente soy montaña. Siempre miro de frente, soy de España". 

Rocío Jurado. Fuente: (Instagram).

Entonces la narrativa visual decide marcar un plano de abajo a arriba, que entonces remueve a todo un país. Es que, por primera vez, España ve en la pantalla un vestido con un escote infinito. 

"El programa del escándalo", se refería Rocío Jurado a esta noche de 1974 que pasó a la historia televisiva y social. "Me creó bastantes problemas en aquel momento, pero en ese programa me di cuenta de que la gente del pueblo me quería. Me trataron de hundir en varias publicaciones y boicotear", contó a Jesús Hermida en 1980.

Y el pueblo me ayudó y dijo "de eso nada, con Rocío nada de esto". Era injusto.

Es que los prejuicios y puritanismos de la España de antaño todavía marcaban el régimen de blanco y negro y este descuido del censor al no notar el detalle en la prenda le permitieron a Rocío marcar un antes y un después en la televisión española. Si bien el programa se recordará como el programa del escote, lo cierto es que hubo un punto de inflexión en la narrativa televisiva.

El equipo supo crear intriga, emoción y resaltar la estética, mientras que la intérprete siempre tuvo en claro que a la televisión no sólo iba a cantar, pues usaba su capacidad para mirar a cámara para buscar una imagen estética propia. "Cada vez que voy a hacer un programa de televisión mis trajes yo me los sueño", razonó en su momento.

El traje es una carta de presentación.

La evolución la logran quienes se salen del guión y Rocío Jurado lo hizo. El destape de aquella noche no fue en el escote, sino la mirada de la audiencia al deleitarse con la más grande cantando como nadie había cantado a España. Una noche para el recuerdo, pero una artista que no se olvidará jamás.

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