REY JUAN CARLOS
El Rey Juan Carlos, la razón detrás de la eterna soledad de Irene de Grecia
Una historia de traición y sabotaje.Irene de Grecia, más allá de ser conocida como la “Princesa soltera”, tuvo grandes amores que, lamentablemente, no llegaron a buen puerto. Si se trataba de una mujer bella, culta e intelectual, ¿por qué todo debía terminar triste y repentinamente? El Rey Juan Carlos, esposo de la Reina Sofía, fue el responsable de ponerle fin a ciertos romances de su cuñada.
La hermana de Doña Sofía y su madre se exiliaron, durante varios años, en la India. Allí, la extrema pobreza la conmovió por completo, al punto de que decidió crear su propia ONG para ayudar a combatir las duras condiciones de vida de los hindúes. De esta manera, Irene se convertía en una Princesa diferente a las demás. Una Princesa a la que no le importaba la moda o los grandes desfiles, sino ayudar a los demás.

Las motivaciones de Irene de Grecia llamaron la atención del Rey Juan Carlos, quien rápidamente le tomó cariño. Sin embargo, también cautivó a su primo, Gonzalo de Borbón.
Un amor que no pudo ser
Gonzalo de Borbón ya era conocido en España por varios escándalos, como la revelación de una hija que había tenido en secreto con Sandra Lee Landry, una modelo estadounidense. La niña nunca fue reconocida por la familia Real. Más allá de los rumores que se podían decir de él, la hermana de Sofía comenzó su noviazgo con Gonzalo.

Por sorpresa, el Rey Juan Carlos apareció en escena para romper con el romance que llevaban su primo y su cuñada: “Juan Carlos lo cogió por banda y le dijo que, si aquello continuaba adelante, lo expulsaría de España”, expresó la periodista y especialista en el tema, Pilar Eyre. Al poco tiempo, Gonzalo de Borbón le dio fin a su relación con Irene.
La llamada
Otro de los grandes candidatos de Irene de Grecia fue el exsacerdote jesuita, Jesús Aguirre. Según se sabe entre los miembros de la Realeza española, fue el romance más intenso de la Princesa: se llamaban por teléfono constantemente, adoraban la música clásica y se escribían poemas.

Todo iba bien hasta que el esposo de la Reina Sofía llamó a Aguirre y le advirtió: “Oye, tú, deja en paz a mi cuñada, que es una inocente y todo se lo cree. No la enredes, no quiero que vuelvas a llamarla”, contó una de las fuentes de Eyre. La actitud de su cuñado hirió fuertemente a Irene, al punto de que decidió no hablarle nunca más.