La encrucijada de la Reina Isabel por uno de sus hijos más polémicos

Hace 40 años salió a la luz la primera polémica relacionada con el Príncipe Andrés. Es que en 1982 el duque de York tuvo un romance escandaloso con Koo Stark, la actriz americana pionera del cine del destape en España. Desde entonces, hasta la fecha, el hijo de la Reina Isabel se convirtió en su hijo más polémico, ya no goza de sus títulos militares y su propia madre le ha expulsado de la Familia Real. Esta vez ha vuelto a dejar a la Reina en una encrucijada que sólo ella puede resolver.

Según algunas fuentes, el Duque de York se ha dedicado a conversar intensamente con su madre, buscando volver a la actividad representativa. Un objetivo que el Príncipe heredero, Carlos, y su hijo Guillermo han demostrado que es de su agrado.

Es que el Príncipe quedó exento de explicaciones luego de que llegara a un acuerdo con la norteamericana Virginia Giuffre tras la denuncia que ella realizó en su contra. Sin embargo, todavía no se demostró ni su inocencia ni su culpabilidad y, a pesar de volver a estar en la mira mediática, el hijo de la Monarca británica aún desea recuperar su vida royal.

Fue la fatídica entrevista en la que intentó aclarar su situación a raíz del caso Epstein la que lo dejó fuera del juego. Y es que, lejos de mejorar su imagen ante su gente, sucedió todo lo contrario.

Su idea de regresar al ruedo fue planteada abiertamente a la Reina Isabel quien es consciente del daño que puede hacer a la imagen de la Corona el retorno de su hijo preferido. A sus 96 años, la Jefa de Estado sigue al pie del cañón, pero su agenda es cada vez más reducida. Es así que el Príncipe heredero y su hijo son un claro gesto del relevo generacional en el que el Príncipe Andrés no entra. Pero, sobre todo y una vez más, Isabel II se ve entre las cuerdas.