El Rey Juan Carlos, una excentricidad que pudo costarle caro

Era julio de 1971, hace 51 años. El Rey Juan Carlos se situaba delante de las cámaras para recoger uno de los momentos más llamativos de sus veranos. El fotógrafo Manuel Letrán captó el momento en el que Don Juan Carlos saltaba de un trampolín para lanzarse al agua, con una cadena de oro en su cuello brazos pronunciados y un bañador rojo ajustado una imagen inimaginable para el actual Jefe de Estado, su hijo el rey Felipe. Fue un posado preparado a la vista de los medios del momento.

Con el paso del tiempo, las fotos del chapuzón más recordado del esposo de la Reina Sofía parecen haber desaparecido, no hay muchas más postales del Rey Juan Carlos en bañador y sin camiseta mucho menos que se mantengan dentro de los rangos oficiales de la actual corona, es un recuerdo un tanto personal que muy pocos comentan en la actualidad.

Para que el momento, Don Juan Carlos sólo era el príncipe que se preparaba para ser sucesor de Franco, no dudaba de mostrar sus circunstancias cotidianas y le pintaba un futuro de enorme compromiso dentro de la Realeza; así así fue, se había casado con la Reina Sofía en el año 62 y ya eran padres de sus tres hijos, la familia disfrutaba momentos de tranquilidad y ocio cada verano que tenían oportunidad.

Las vacaciones de verano de la familia real han ido cambiando tanto que en los últimos años, el Rey Felipe se limita a realizar una agenda institucional durante los primeros días de la temporada estival y apoyado con la Reina Letizia hace lo posible para marcharse cada año a un lugar privado junto a sus hijas es casi el único momento del año donde el hijo del Rey Juan Carlos puede gozar de tal tranquilidad.